Escribe: Hugo Marcelo Balderrama

“Revolución y contrarrevolución”

OPINIÓN | 4 May 2018

Si hay una mujer que influyó mi vida, esta fue mi abuela Marcelina Villarroel Cadima. Las horas de charlas que pasamos juntos, despertaron en mí un amor por la lectura. Haber conocido al autor Plinio Correa de Oliveira es una de las enormes deudas que tengo con ella.

Plinio Correa de Oliveira (1902 – 1995) fue un político y escritor brasileño, fundador del movimiento “Familia, Tradición y Propiedad” un ala conservadora dentro de la iglesia católica. En varios de sus libros, pero en especial en “Revolución y Contrarrevolución” nos muestra que la izquierda es conflictiva por antonomasia. Las pequeñas derrotas como la caída del muro de Berlín y la implosión de la Unión Soviética no le afecta de gran manera, de hecho, les sirven para aprender lecciones y recargar sus municiones.

El libro responde la eterna pregunta ¿Por qué la izquierda siempre sobrevive? Y nos da dos razones. La primera, la inclinación humana a las bajas pasiones que crea crisis morales e intelectuales y, sabiamente, son canalizadas por los revolucionarios. Decirle a un pobre que su pobreza es por culpa de los ricos y no por falta de trabajo e inversión es una forma de fomentar la envidia y el odio. Y la segunda, la falta de una fuerza contrarrevolucionaria que haga exactamente lo contrario, es decir, orientar a los hombres por el camino correcto.

Correa de Oliveira explica algunas características que deben tener las fuerzas contrarrevolucionarias:

1. Refutación del socialismo en el plano intelectual que demuestre que el mote de “científico” es solo eso, un “slogan” vacío, y que el socialismo siempre será una utopía llena de incongruencias como el valor, trabajo y la plusvalía.

2. Los cristianos deben entender que no existe ningún vínculo entre el socialismo y el cristianismo. Y que fe y razón no son antagónicas, al contrario, se complementan una con la otra.

3. La defensa de la soberanía nacional sobre cualquier intento forzoso de integración. Por ejemplo, nuestros países necesitan salir de agencias como la UNESCO, la FAO y la OIT para recuperar la soberanía en educación y trabajo.

4. Promover gobiernos fuertes pero limitados, capaces de proteger a sus ciudadanos de los peligros internos (delincuencia) y externos (terrorismo).

5. Defender las instituciones de orden natural como la familia y el mercado. La primera como educadora y transmisora de valores, y la segunda, para generar riqueza. Pero además, explicar que entre empresarios y trabajadores existe una relación de cooperación y no de explotación como lo plantean los marxistas.

6. No caer en la trampa lingüística de la izquierda, y reivindicar palabras como derecha y conservadurismo. El conservadurismo es el aprecio por la filosofía, el arte y las costumbres que hicieron grande a occidente, y la derecha es la fuerza cultural y política encargada de protegerlos. Nada de malo hay en ser un derechista.

Lastimosamente, en Latinoamérica los sectores llamados a enfrentarse al socialismo son, en su mayoría, clubes de autoayuda que, en muchos casos, son funcionales al avance del socialismo. En algunas ocasiones, por un mal entendimiento de la tolerancia, y en otras, por ser presas de un colonialismo intelectual que, les hacen defender banderas de la neo izquierda como el aborto, la eutanasia y el “matrimonio homosexual”.

La Fundación “Libertad” es una escuela de formación política cuyos principios son: el gobierno limitado, los mercados libres y la propiedad privada. Aceptamos la tradición como una fuente de conocimiento, defendemos la vida desde la concepción hasta la muerte natural, entendemos la democracia como un mecanismo de elegir gobernantes, pero colocamos a la República como un freno a la tiranía de las mayorías, defendemos la libertad de la actividad sexual, sin por ello desconocer la importancia de la familia natural. Si señores, amamos la tradición, la familia y la propiedad. ¿Contamos contigo?

/*HUGO BALDERRAMA ES ECONOMISTA MASTER EN ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS Y PHD. EN ECONOMÍA/

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