Amparo Carvajal rechaza amenazas: Yo estuve con las familias de las víctimas de 2019

Carvajal estuvo en Cochabamba para hacer seguimiento de los procesos a miembros de la RJC / LOS TIEMPOS

SOCIEDAD | 6 Sep 2021

VISOR BOLIVIA / Redacción.- La presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB), Amparo Carvajal, rechazó las amenazas y sindicaciones en su contra por una supuesta parcialización en los conflictos de 2019. La octogenaria mujer, adelantó que ya prepara un equipo de defensores y activistas para que continúen con el legado de la institución.

En entrevista con el programa Encontrados de radio Fides, Carvajal minimizó las recientes amenazas en su contra, por parte de un grupo de inadaptados que convocaron a “quemar la casa” de la defensora de DDHH, así como tomar el edificio que, según ese grupo, “se compró con la economía del pueblo”.

“Una vez más, el Ejército Guerrero Wila Lluch'us estamos en protesta de que estos malos jueces, malos policías, han protegido la casa de Carvajal. Esta casa que está construida con la economía del pueblo debemos quemar, compañeros; por eso estamos organizando y vamos a ir cualquier momento”, manifestó un par de sujetos, en un video difundido en las redes sociales, con gorras rojas y una wiphala de fondo.

“Qué suerte tienen esos grupos, que sin firmar (anonimato) les damos importancia. Estoy asombrada. Dicen que esta es mi casa, pero es la casa de los derechos humanos y no se construyó con el pueblo, conozco la historia, era propiedad de la banca privada, pero no puedo callar porque callar, como decía Lucho Espinal, es igual que mentir”, expresó la presidenta de la APDHB.

Carvajal lamentó que el país viva una época en la que se busca generar temor en la ciudadanía, con atentados como el acontecido la noche del domingo frente a la Alcaldía de La Paz o la persecución judicial a los miembros de la Resistencia Juvenil Cochala.

Consultada sobre esta campaña de desprestigio que activó el régimen del Movimiento Al Socialismo (MAS) con sus organizaciones sociales y grupos de choque, argumentando que ella no se manifestó por las “víctimas de las masacres de Senkata y Sacaba”, Carvajal explicó su participación durante las jornadas de octubre y noviembre de 2019.

“¿Por qué afirman que yo no he estado, por qué afirman que no me he preocupado?, porque no estoy como David (Inca) que dice que está, que divide, que recoge un monto con la señora Jeanine 50 mil (dólares), le dice qué buena es usted, y luego con otras organizaciones dice que es la asesina de todos. Yo no soy así”, manifestó.

“Yo estuve en la Fiscalía cuando trajeron los cuerpos (tres ataúdes que bajaron de Senkata) a San Francisco, estuve arriba (en El Alto) con la gente porque las mismas madres llamaron, contaban que sus hijos querían salir porque decían que estaban aburridos, ¿y de dónde vinieron las balas? no sabemos. De Sacaba, la experiencia que tuvimos con la comisión internacional, por Villa Tunari no me dejaron entrar, las madres me decían por qué no le dejaron entrar. Yo he estado defendiendo a esos jóvenes”, remarcó.

Sobre la expresidenta Jeanine Áñez, Carvajal remarcó que ella asumió la Presidencia en un momento de crisis y por sucesión constitucional. Caso contrario, si la entonces senadora daba un paso al costado, lo más probable es que un militar, tal es el caso del general William Kaliman, hubiera tomado el poder.

Carvajal también es atacada desde ese mismo seno institucional. El vicepresidente de la APDHB, Edgar Salazar, y el delegado en El Alto, David Inca, afirman que su gestión “feneció” y que ella está “usurpando funciones”.

En ese sentido, Carvajal remarcó que en el último congreso fue designada como presidenta, además de reafirmar su calidad de fundadora de la Asamblea.

Lamentó también que, a tiempo de hacerse cargo de la institución, haya encontrado deudas bancarias que contrajo el ex directivo de La Paz, Sacha Llorenti, quien luego de su paso por DDHH firmó su militancia con el MAS, así como otras irregularidades administrativas en el inmueble ubicado en la céntrica avenida 6 de Agosto.

“Me llama la atención que muchos de ustedes le den más importancia a David (Inca) que a mí”, objetó Carvajal, y reiteró que su labor por los derechos humanos sigue en pie, pero ya alista el relevo hacia un equipo de personas que estén comprometidas con los derechos humanos y sin militancia partidaria, como sí tendrían sus eventuales detractores.

“Ayer firmé 30 cartas para convocar a defensores de los derechos humanos”, adelantó. Se debe instalar una representación legal para velar por la economía de la institución, porque si bien es un trabajo voluntario se tiene dos instalaciones que mantener y las oficinas a nivel nacional, explicó la mujer de 82 años.

Carvajal lamentó que en el gobierno de Luis Arce sea tan difícil instalar mesas de diálogo, cuando en la era de las dictaduras incluso había un mejor entendimiento con el entonces Ministerio del Interior. Hoy, los nuevos ministros tienen el poder total e influencia en el sistema judicial y eso también atenta contra los derechos humanos de los bolivianos.

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