Escribe: Andrés Ortega

Transporte público en La Paz

OPINIÓN | 26 Ago 2019

El transporte público debe ser una de las actividades más reguladas y controladas por el Estado.

Desde 1952 que el gobierno ha decidido que debe controlar toda actividad de transporte público obedeciendo el mandato del manifiesto comunista.

Hoy no ha cambiado nada.

El gobierno central decide qué vehículos se puede importar y cuáles no, tiene los aranceles más altos de la región y privilegia a sus 4 compadres que son dueños de las importadoras más grandes.

La misma suerte corren los repuestos y partes, además del plazo ridículo de tiempo en las importaciones, lo que hace unos años podrías conseguir hasta en 24 horas hoy puede demorar meses en pleno siglo 21.

Otro tema de control es la gasolina cuyo precio lleva casi 60% de impuestos y nos hacen creer que está subvencionada, sin mencionar controles policiales absurdos a nombre de "inspección técnica" y por supuesto el SOAT

Luego de sortear todo esto llega lo peor, el control municipal, nadie sabe a razón de qué es el ALCALDE es quien fija los precios y las rutas del transporte en complicidad de algunos "dirigentes" que negocian votos y concesiones de monopolios.

En este contexto puedo afirmar categóricamente que no existe nada de libre mercado y mucho menos funcionan las leyes de oferta y demanda.

Sólo es Socialismo y Mercantilismo asociados como mafias.

Cuando el precio es regulado por el estado a través del municipio se destruye toda motivación individual a mejorar, se elimina el cálculo empresarial y por supuesto, no existe competitividad ni calidad en el servicio, sólo hay incompetencia y corrupción.

Y a esto le debemos sumar que el Bus PumaKatari, cuyo costo de operación es de 22Bs por cada pasaje, se ha prestado a negociados, actos de corrupción, compras y compadrerío, creando más de 1000 pegas para amigos y compadres del partido de turno, sin considerar el daño de 5 toneladas que realiza en algunas calles de la ciudad, donde además se "re educa" a la población al más puro estilo Nazi o segregacionista que nos recuerda a la época donde había buses en los que los negros no podían sentarse.

Definitivamente los ciudadanos de La Paz estamos secuestrados por 2 mafias, curiosamente una buena parte de la población sufre de síndrome de Estocolmo y se ha enamorado de sus captores municipales.

Así que en lugar de pedir libertad, libre mercado y competencia por satisfacer mejor a los pasajeros a un precio definido por el mercado, queremos más Puma o sea más intervencionismo, más deuda, más subvención, más impuestos y más corrupción.

No hemos aprendido nada, nos encanta que nos roben, para que nos libren de las ratas llamamos a las hienas.

Somos la ciudad más endeuda de Sudamérica

¿Qué diremos cuando está versión moderna de EMTA 2 con esteroides colapse?

//ANDRÉS ORTEGA TARIFA ES JEFE DEL PARTIDO LIBERAL CONSERVADOR//

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