Visor Bolivia Diario Multimedia
Jueves, 2 de Mayo de 2024

Escribe Hugo Balderrama

Bolivia tocó fondo, pero no todo está perdido

OPINIÓN | 22 Ene 2021

El 2021 no podía comenzar de peor manera. Primero, lluvias que van destruyendo barrios enteros en Sucre, La Paz, Santa Cruz y Cochabamba. Segundo, el rebrote del coronavirus que se encuentra fuera de control. Tercero, la incertidumbre sobre el futuro educativo de los casi 2 millones de niños en edad escolar. Cuarto, la inseguridad respecto a la economía. Finalmente, la indiferencia del gobierno ante la crisis del sistema de salud -que alcanzó su cenit en la frase del presidente Arce Catacora: “hoy toca aguantar y resistir el coronavirus”-.

Si bien, la pandemia y la cuarentena tuvieron sus efectos sobre la economía, la salud y la educación. Están lejos de ser los factores principales de la actual crisis boliviana. De hecho, su impacto sólo fue la de un factor agravante. Veamos los por qué.

Ningún milagro económico

Bolivia cerró el año 2013 con un crecimiento del 6,5% del PIB. Ese dato fue usado por toda la maquinaria publicitaría de la izquierda para posicionar el mito del milagro económico boliviano.

Pero como no existe un mito sin tabú. Ergo, criticar los datos presentados por el gobierno de ese entonces era considerado traición a la patria o, aprovechando los rasgos mayoritariamente indígenas de Evo Morales, racismo (un estigma que nadie quiere cargar en medio de tanta corrección política).

Sin embargo, el milagro económico boliviano no era nada más que la suma de tres burbujas. Como magistralmente lo describe el economista Mauricio Ríos García.

La primera burbuja inicia cuando el Estado boliviano se apropia de los hidrocarburos y toda su cadena productiva. Para luego gozar de los ingresos que generaba su exportación a precios inéditamente altos. Fenómeno que se originó en la irresponsable manera que la Reserva Federal de los EEUU redujo las tasas de interés, además de otras medidas llevadas a cabo por el gobierno central.

La Reserva Federal creó una ilusión de riqueza -a diferencia de otros países, EEUU puede exportar su inflación a otras naciones- y abundancia. Entonces el mundo se aventuró a proyectos ambiciosos y poco reales que cotizaban en la divisa internacional de reserva por antonomasia: el dólar estadounidense.

Así es amable lector, los gobiernos del Socialismo del siglo 21 recibieron una cantidad de dólares que nunca nadie imaginó de su tan despreciado Tio Sam.

La segunda burbuja arrancó cuando el gobierno de Morales decidió usar el crédito como carnada para conseguir votos. En consecuencia, el 21 de agosto del 2013, se decretó la Ley 393 de Servicios Financieros, cuyo objetivo central es regular la actividad de las entidades financieras (un simple matonaje legal producto de la fatal arrogancia que sufren todos los socialistas).

Después de la promulgación de la mencionada ley, el crédito creció a un ritmo del 25%. Los nuevos dineros se trasladaron a vehículos cero kilómetros, departamentos y, en muchos casos, a emprendimientos cuyo único cliente era algún grupo que gozaba de favores políticos. Y a eso le llamaron crecimiento. Pero nadie se preguntó si ese crecimiento era sostenido, o solo se trataba de un estímulo artificial que podía reventar en cualquier momento.

Lo anterior da lugar a la tercera burbuja. Pues los empresarios, al creer que en la economía exista mayor ahorro disponible, emprendieron inversiones que antes no parecían rentables y, en no pocos casos, lo hicieron en sociedad con el Estado, por ejemplo, los juegos deportivos ODESUR de 2018 (cuyo único «éxito» fue llenar Cochabamba de elefantes blancos). Penosamente, muchos de esos proyectos nunca tuvieron una demanda real en el mercado. Por ende, no son rentables y sólo significaron una mala asignación de capitales.

No es el COVID, sino el sistema

Al igual que sucede con la economía. No se puede reducir el problema de la salud a la llegada del COVID, sino que debe ser analizado desde una perspectiva histórica.

Ya en el año 2011 la consultora Bloomberg situó a Bolivia en el puesto 95 de 143 países alrededor del mundo. Dato que nos ubicó como la peor nación de Sudamérica en sistemas de salud pública.

De acuerdo al Ministerio de Salud, cada año aparecen 11 mil nuevos casos de cáncer, de los cuales 7.500 afectan a las mujeres. El alto costo de los tratamientos, la falta de especialistas y centros oncológicos es una muestra del drama de la salud pública que soportan los enfermos con cáncer en Bolivia. Pero no solo con eso se enfrentan, sino también aparece la falta de empleo y la pobreza. Otros pacientes se ven afectados por falta de alternativas para su curación o por no poder acceder a ellos por su condición económica.

Por eso, no resulta extraño que estemos enfrentando una segunda ola de COVID con hospitales saturados y médicos aterrados. Mientras los gobernantes tengan acceso a clínicas en el extranjero, o que Evo Morales esté recibiendo tratamiento en uno de los sanatorios más caros de Cochabamba. Total, los mandones socialistas siempre actúan así.

Además, a la pésima oferta de servicios de salud por parte del Estado, debemos sumarle las excesivas regulaciones y la pesada carga tributaria que sufren los empresarios del área de salud. De hecho, cualquier emprendedor sin importar el rubro se va a encontrar con el infierno fiscal y burocrático que significa arriesgarse a invertir en Bolivia.

Por otro lado, el monopolio estatal de salud se convierte en una fuente de corrupción. Por ejemplo, los respiradores en el gobierno de Jeanine Añez o las vacunas en la gestión de Arce Catacora. Por eso es aplaudible que el colegio médico de Santa Cruz haya sugerido la libre importación de vacunas contra el COVID (aunque dudo mucho que su pedido prospere).

El ministro de educación reconoce el fracaso de la planificación central de la educación

La resolución 001/2021 del Ministerio de Educación plantea que los directores de las unidades educativas definan la modalidad (presencial, semipresencial o distancia) que se aplicará en cada establecimiento educativo, de acuerdo a los escenarios de contagio de Covid-19 que se presente en su zona.

Cuando los medios de comunicación publicaron la noticia, muchos padres y maestros lanzaron un grito al cielo. Ya que el Estado se estaba desprendiendo de su más importante tarea. Pero yo veo las cosas de manera diferente.

Que el ministerio de educación reconozca que es imposible planificar la educación desde sus oficinas en la ciudad de La Paz es un avance para todos quienes peleamos por una mayor libertad educativa. Pues nos brinda un instrumento más para probar el fracaso del estatismo.

Verbigracia, el año 2014, el entonces viceministro de Educación, Noel Aguirre manifestó lo siguiente: «En el país, 95 de cada 100 habitantes no tiene el hábito de lectura, les cuesta leer».

Adicionalmente, debemos aclarar que la educación estatal no es más que adoctrinamiento y una herramienta de control social.

El economista Ludwig von Mises resalta el carácter político del sistema educativo estatista: «No se la puede privar de su carácter político en tanto sea una institución pública y obligatoria. De hecho, sólo hay una solución: el Estado, el gobierno, las leyes no deben intervenir de ninguna manera en la instrucción o educación. Los fondos públicos no deben ser utilizados para esos propósitos. La educación de la juventud debe ser dejada enteramente a los padres y a las asociaciones e instituciones privadas».

Esto significa liberarse del Estado que pretende ejercer un derecho de dominio sobre las mentes, almas y cuerpos de los niños y jóvenes. Quitando la autoridad y potestad paterna, para asumir tutela burocrática, consolidando el nefasto estado paternalista. Y ante eso, nosotros gritamos: con mis hijos no te metas.

Conclusiones

Uno, los políticos intentan controlar la economía, la educación y la salud no porque les interesemos, sino para controlarnos. Nos quieren pobres, ignorantes y dependientes.

Dos, necesitamos mejores padres, no más políticos. Necesitamos ser leales a nuestras familias, no al Estado. Necesitamos forjar carácter y disciplina en nuestros hijos, no confiar sus vidas a un sistema público educativo que mata su espíritu y los llena de la última moda inmoral. La paternidad es irreemplazable.

Y tres, debemos construir familias fuertes, comunidades seguras, economía libre.

//*HUGO BALDERRAMA FERRUFINO ES ECONOMISTA, MASTER EN ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS Y PHD. EN ECONOMÍA//

//**LOS TEXTOS REPRODUCIDOS EN ESTE ESPACIO DE OPINIÓN SON DE ABSOLUTA RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO COMPROMETEN LA LÍNEA EDITORIAL PLURAL – LIBERAL DE ESTE MEDIO DE COMUNICACIÓN//
 

SI ¿Fue interesante la noticia? NO
Pasan sus días, semanas, meses y años sumergidos en su mundo, pero con la atención de servidores que son como la familia que nunca conocieron / VISOR21

ESPECIALES | 31 Ene 2022

ARCHIVOS.- Lea el reportaje especial de @VisorBolivia para la Fundación Para el Periodismo que se publicó en diciembre de 2021, en el marco de la convocatoria al Fondo Concursable Spotlight XI de apoyo a la investigación periodística en los medios de comunicación.

#

ENTREVISTAS | 2 Feb 2022

#

ENTREVISTAS | 2 Feb 2022

vb

ENTREVISTAS | 3 Ene 2022

Compartimos el MONITOREO del material informativo de las principales agencias noticiosas del país, con enlaces a las fuentes originales.

vb

ENTREVISTAS | 3 Ene 2022

El seguimiento a la información generada en los nueve departamentos del país a través de los principales PERIÓDICOS locales.

vb

ENTREVISTAS | 3 Ene 2022

La voz plural con la participación de los mejores COLUMNISTAS del país, con permiso expreso, y en el marco de la libertad de expresión.