ASÍ HA SIDO EL VIAJE DE DONALD TRUMP A ARABIA SAUDÍ

Trump pidió a los árabes no dar refugio al terrorismo

MUNDO | 21 May 2017

VISOR BOLIVIA/ AGENCIAS.- Riad. Da igual que a las ocho de la mañana se llegue ya a los 35 grados; no importa que la capital del Reino se haya visto inmersa en una penosa tormenta de arena durante todo el fin de semana. Riad se ha volcado con el presidente americano como nunca se había visto desde los tiempos del histórico encuentro entre Roosevelt y Abdul Aziz.

A Bin Laden se le habría helado el corazón de seguir vivo y contemplar cómo en la tierra de los custodios de los sagrados lugares, la autopista que va desde el aeropuerto internacional al centro de Riad está decorada con grandes carteles en los que se muestra al presidente americano, Donald Trump y al actual Rey Saudí, Salman bin Abdulaziz al Saud , intercalados con otros con las banderas de ambos países entrelazadas bajo el lema de “juntos venceremos”. Si hay algo que odian los salafistas y jihadistas es la connivencia de los lideres saudíes con América. El Gran Satán, no lo olvidemos.

Si Riad se ha volcado con Trump es por un claro rechazo de su predecesor, Barak Hussein Obama. Con éste, las monarquías sunnis de la región se sintieron abandonadas y en creciente peligro ante las manifiestas ambiciones de Irán. En Trump ven a un presidente con el que se puede hacer negocios, estratégicos y de todo tipo, sin esperar una traición o engaños. Algo que para el mundo árabe resulta muy importante.

De hecho, este viaje está siendo toda una caja de sorpresas. Para empezar, Trump ha roto con la tradición de visitar primero a sus vecinos y luego a Europa. Ha ido derecho al corazón del Oriente Medio y en donde residen algunas de las soluciones a muchos de sus problemas. Lo cual, para un presidente al que se le suele acusar de islamófobo, no está nada mal.

En segundo lugar, la primera dama y su hija, que acompañan al Presidente, han rechazado vestirse con el velo u otras prendas que tan gustosas se han puesto la mayoría de nuestras ministras si con eso creían mejorar la suerte de nuestras empresas o la agenda política del gobierno de turno.
Esto es, rubias, modelos, tontas o no, Melania e Ivanka Trump no han cedido a presiones que deberían hacer sonrojar a nuestras feministas que sí se pliegan. Ivanka incluso se ha atrevido a mantener un encuentro para defender la capacidad de las mujeres como emprendedoras. Justo en un país que, aunque ya no tiene visible la segregación por género, la mujer dista mucho de ser considerada un ser autónomo e independiente.

En tercer lugar, ambos gobiernos han firmado un documento -del que apenas se conocen detalles- bajo el título “una visión estratégica conjunta”. Y mientras que los saudíes han declarado que confían en América como fiel aliado, Trump no ha dudado de valorar el acuerdo en términos de puestos de trabajo para los americanos en América. Esto es, sigue buscando por todos los medios eso de “América Primero”.

Como hay opiniones para todos los gustos, ya han saltado voces en Estados Unidos que critican la venta de armas al Reino Saudí, recordando que la mayoría de los atacantes del 11-S eran de aquí. Pero si Trump está visitando Riad estos días no es solo para vender armamento. Lo hace por América, desde luego, pero también porque su visión estratégica pasa porque sus aliados sean más fuertes y más capaces de lidiar con las amenazas regionales (lo que vale también para Europa y la OTAN). También ha elegido Arabia Saudí como primer destino de su presidencia porque tiene como objetivo central de su mandato acabar con el Estado Islámico, enemigo también de la monarquía saudí. Acabar con el EI lo puede hacer técnicamente Estados Unidos si se lo propone. Pero el día después no lo puede garantizar sin la ayuda de los poderes de la zona, empezando por Arabia Saudí.

El domingo por la noche, Donald Trump, ha dado un discurso sobre cómo combatir el extremismo. El presidente ha hecho un llamamiento a la tolerancia y a la necesidad de combatir y deslegitimar el jihadismo. Si hay algo que tiene claro él y su equipo es que al terrorista islámico se le puede combatir con todas las armas y eliminarlo, pero al terrorismo islámico, en tanto que ideología, sólo los musulmanes pueden deslegitimarlo. Siempre que quieran o se atrevan, claro está. Pero como él mismo ha declarado hoy, “estoy aquí para ayudar y colaborar”.

Con todo, como parte invitada en la cumbre contra el extremismo y el terrorismo, tengo que decir que es poco imaginable que las distancias entre el mundo occidental y el mundo árabe se vayan a acortar en el tema de cómo luchar contra la ideología jihadistas. Para muchos aquí y en la región, es más fácil seguir culpando a los occidentales que admitir sus propios fallos.

En todo caso, está primera visita nos deja una sorpresa final: el primer vuelo directo entre Araba Saudí e Israel, la siguiente parada de la comitiva presidencial. Claro, eso sí, a bordo de los dos Air Force One en los que ha llegado. Pero algo es algo.

//Fuente laeratrump.com//