Escribe Carlos Armando Cardozo

De ministro a político

Escribe Carlos Armando Cardozo

OPINIÓN | 3 Feb 2020

Luis Arce Catacora en una de sus primeras apariciones públicas en territorio nacional se dirigió al país que abandono en calidad de asilado, luego de la caída del expresidente Morales, en una entrevista que marcó una metamorfosis entre su antiguo rol de ministro y el nuevo papel que le tocó desempeñar como candidato presidencial.

Fue cuestionado en relación al Fondo Indígena, caso que fue reactivado por el actual gobierno en vista del daño económico no esclarecido en el cual, en su calidad de Ministro de Economía y Finanzas, fue parte del Directorio de dicha instancia junto con los ex ministros de Desarrollo Rural (Nemesia Achacollo), Desarrollo Productivo (Ana Teresa Morales Olivera), Planificación (Elba Caro Orellana), y Presidencia (Juan Ramón Quintana). En respuesta, Arce como todo político, descalificó tales acusaciones planteando que eran exclusivamente políticas, porque solamente se ampliaron para perjudicarlo específicamente en su carrera política, así como a Quintana, hoy asilado en la embajada de México que, en su opinión, es víctima de una persecución política.

En su descargo hizo mención a su interpelación ante la Asamblea Legislativa Plurinacional de la que salió libre de polvo y paja, demás está decir que esa Asamblea estaba compuesta en 2/3 por militantes del Proceso de Cambio por lo que un resultado adverso sería casi imposible.

Arce se mandó nuevas “muletillas” así como el ex mandatario Morales con su famoso: “no puedo entender”, el “Chuquiago Boy” al ser consultado acerca de su participación en la transferencia de recursos públicos a cuentas particulares de dirigentes en el proceso del Fondo Indígena salió del paso con frases como: “Está en la normativa; está en la ley; está clarísimo en la norma” y “Yo no sabía, no puedo responder”.

Posteriormente, con relación a la economía Arce manifestó su preocupación refiriéndose a un escenario de incertidumbre que pondría en riesgo todos los avances logrados por el grandioso Modelo Económico Social Comunitario Productivo casualmente encaminado desde su Ministerio.

Tocó 3 elementos para sostener sus afirmaciones, primero que se registró una reducción en los depósitos a plazo fijo en el sistema financiero (85.212,7 millones de bolivianos a septiembre 2019, Banco Central de Bolivia) aunque no preciso dato alguno para respaldar tal elemento.

Segundo, la reducción de la calificación de riesgo país de Moodys y Fitch se había reducido consecuencia del escenario político y las medidas asumidas por el Gobierno Transitorio, es decir hablamos de la probabilidad de Bolivia de incumplir sus obligaciones en moneda extranjera o local como Estado (deuda externa e interna).

La calificación a largo plazo en Moneda Extranjera de Moodys Investor Service sobre Bolivia paso de B2 a B1+ (altamente especulativa) y se estancó en Ba3 (grado de no inversión especulativo) evaluada por última ocasión en 5 diciembre de 2019, misma que actualmente está en revisión. Similar evaluación fue realizada por Moodys en Moneda Local, la misma arroja resultados similares con una última calificación de Ba3 (grado de no inversión especulativo). Las calificaciones de riesgo desde el año 2012 mantuvieron un status relativamente estable sin embargo la calificación per se demuestra que Bolivia no es ni fue un escenario seguro para las inversiones extranjeras (activos financieros como la venta de bonos soberanos) aún con la presencia de Morales a la cabeza.

Por su lado la calificadora financiera Fitch Ratings utilizó criterios de riesgo registrando similar comportamiento al anterior: con una mejora de B- (27 de junio 2007-altamente especulativa) hacia una BB- (20 de junio de 2019-grado de no inversión especulativo) la siguiente calificación fue realizada en 21 de noviembre de 2019, luego de la renuncia de Morales, en la que se bajó a una calificación de B+ (altamente especulativa) en moneda extranjera y local.
En síntesis, ambas calificadoras de riesgo incorporan en sus evaluaciones el factor de incertidumbre política y social posterior a las elecciones de octubre pasado. Es decir, lo social y el actual escenario político ponen interrogantes sobre las nuevas políticas en materia económica que asumirá el país este 2020 y no así políticas económicas puntuales que haya encaminado el gobierno transitorio.

La estrepitosa caída de las Reservas Internacionales, la caída en las ventas de gas a Brasil y Argentina consecuencia de un precio internacional bajo y un escenario en el comercio internacional aún incierto por el efecto “coronavirus” no avizora señales de recuperación para la economía boliviana en cuanto a contexto.

Finalmente, otra vez sin precisar datos, Arce afirmó que se percibe en la economía boliviana un incremento de precios. Sin embargo, según datos del Banco Central de Bolivia la inflación a diciembre de 2019 alcanzó 1,47% luego de haber sufrido un leve incremento durante el mes de noviembre donde se tuvo un incremento de 1,11% que fue causado por el paro nacional y bloqueo vivido durante los 21 días de movilización que desembocaron en el alejamiento de Morales.

Recogiendo las palabras de Arce: las políticas económicas no se adoptan de manera ideológica sino con un sentimiento de generar bienestar en la población, es indudable que aquel economista, tecnócrata y ministro sin saberlo hizo política desde su despacho vendiendo un discurso ideológico “uniforme y monolítico” por encima de aquel sentimiento revolucionario que tanto hace falta al MAS.

//*CARLOS ARMANDO CARDOZO LOZADA es economista, máster en Desarrollo Sostenible y Cambio Climático y presidente de la Fundación Lozanía//

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