Escribe Rodolfo Faggioni

Venenos en el Vaticano

Bolivia opina

OPINIÓN | 28 Ene 2020

El Cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, con la contribución del Papa emerito Benedicto XVI, ha escrito el libro “Des profundeurs de nos coeurs” defendiendo la disciplina del celibato sacerdotal y recordando que hay un vínculo ontológico-sacramental entre el sacerdocio y el celibato, tomando una posición muy decisiva contra la hipótesis de una modificación contra el celibato eclesiástico.

Tanto el Papa emérito como el Cardenal Sarah se definen “Obispos en obediencia filial al Papa Francisco que buscan la verdad en un espíritu de amor por la unidad de la Iglesia defendiendo el celibato”. Sarah llega a definir una catástrofe pastoral, una confusión eclesiológica y un oscurecimiento de la comprensión del sacerdocio la eventual posibilidad de ordenar a hombres casados.

El secretario particular del Papa emérito Monseñor Georg Ganswein acerca del mencionado libro manifestó . “Puedo confirmar, por indicación del Papa emérito, que retiren el nombre de Benedicto XVI como autor del libro mismo, y también que retiren su firma de la introducción y las conclusiones”. La firma del Papa emérito todavía no ha sido retirada.

Un pontificado muy complicado el de Francisco que después de la controversia de la liberación de la comunión para los divorciados y vueltos a casar hace tres años, ahora, apenas terminado el Sinodo Especial de los obispos en Amazonía, se encuentra otra vez en polémica con la parte “consevadora” de la Iglesia Católica.

Robert Sarah Cardenal de la Iglesia Católica ha nacido 74 años atrás en un pueblo de Guinea, obispo a los 34 años, uno de los más jóvenes, ha llegado al Vaticano en el año 2001 llamado por Juan Pablo II como Segretario de Propaganda Fide. En el 2010 es creado Cardenal y el año 2014 Francisco lo nombra Prefecto de la Congregacián para el Culto Divino. El tema del libro sobre el celibato no es el primer desafío que Sarah lanza contra las aberturas de Francisco. Fue una de las voces contraria al Sinodo por la apertura a la comunión para los divorciados y vueltos a casar. Igualmente en el Sinodo de Amazonas, fue fuerte su intransigencia y no acepto diálogo sobre la ordenación de personas casadas o sobre el diaconado femenino.

Robert Sarah pertenece al fronte fundamentalista y ultraconservador que desde antes de la Asamblea se ha referido a un posible scisma en la Iglesia Católica y la intensificación de los ataques contra Francisco es más que previsible, incluso el tema de los sacerdotes casados ha sido utilizado por aquellos que intentan derribar al Papa Francisco. Entre los grandes acusadores están una parte de aquellos que reprochan a Bertoglio su atencián pastoral social.

Mucha culpa de todo esto la tiene también el Papa emérito Benedicto XVI. Ha renunciado al trono Papal en febrero de 2013 pero sigue vestido de papa y su residencia es en el mismo Vaticano. La presencia de Benedicto puede funcionar bien sin ningún estatus legal jurídico si permanece invisible. Hubiese sido mejor si se trasladaba a un convento en su amada Alemania y se vestia con el hábito talar negro como el de todos los sacerdotes. Dos Papas en el Vaticano no pueden coexistir.

El “Celibato Eclesiástico” es un don, no un dogma, se trata de una disciplina eclesiástica da la Iglesia Latina. La Iglesia Católica de rito oriental prevé la posibilidad de ordenar sacerdotes a hombres casados y también para la Iglesia Latina han sido admitidas excepciones precisamente por Benedicto XVI en la Constitución Apostólica “Anglicanorum Coetibus” dedicada a los anglicanos que piden la comunión con la Iglesia Católica.

En octubre del pasado año, se llevó a cabo, en Roma, el Sinodo Especial sobre la Amazonia, convocado por el Papa Francisco. Su objetivo principal no era tratar sobre el cambio climático y el desafio ambiental, como ya lo hizo Francisco en su encíclica “Laudato Si” o discutir de los pueblos amazónicos cuyos derechos originarios deben ser protegidos y respetados. El tema principal fue el encargo de Jesús de celebrar la eucaristía y en ella festejar su resurrección. Si por la escasés de sacerdotes y la inmensidad de la selva amazónica no le es posible visitar a muchas comunidades católicas sino una vez al año, la solución sería de ordenar a hombres casados en lo posible “varones probados” de las comunidades indígenas. Todos saben leyendo el Evangelio de Marcos (Mc. 1:30) que Pedro estaba casado y parece que todos los apóstoles, a excepción de Juan, estaban casados. San Pablo en una carta a Timoteo le dice “que el obispo debe ser irreprensible, casado una sola vez, sobrio y sensato y que gobierne bien su propia casa.

Fue el Papa Siricio (384-399) que con tres decretos reafirmó la obligación de los clérigos, Obispos, Presbíteros y Diáconos, a mantener la continencia, no quedando permitido a los clérigos casados tener relaciones conyugales con sus esposas, por lo tanto el celibato no es un mandamiento divino y mucho menos un precepto apostólico.

//*RODOLFO FAGGIONI es periodista y corresponsal en Italia. Miembro Efectivo de la Prensa Internacional//

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