MASISMO ALIENTA A SALVATIERRA MIENTRAS EVO YA DESEA VOLVER AL PODER

Salvatierra dice que renunció, pero sigue siendo senadora, mientras marcha se enfrenta a la Policía en las calles / CAPTURA PANTALLA

POLÍTICA | 13 Nov 2019

VISOR BOLIVIA / Reporte.- Parte de la bancada del Movimiento Al Socialismo - MAS se reunió en oficinas legislativas para tratar de convocar a sesiones en ambas cámaras, bajo la presidencia de Adriana Salvatierra, quien había renunciado públicamente la noche del domingo. El objetivo es instalar otra sesión, desconociendo la sucesión presidencial de Jeanine Añez.

A menos de un día de la asunción de Añez como presidenta del Estado, con base al artículo 170 de la Constitución Política del Estado - CPE, por la ausencia definitiva de Evo Morales como mandatario de la nación, el MAS se comenzó a reagrupar con dos frentes de boicot a la nueva autoridad gubernamental.

Salvatierra y otros diputados y senadores masistas llegaron a plaza Murillo en medio del escándalo, pues se dijo que la Policía quería “aprehender” a la senadora cruceña, hubo gritos y filmaciones destinadas a generar confusión en las redes sociales. Luego, en conferencia de prensa, ella reconoció que hizo su renuncia pública a la Presidencia del Senado, pero que su carta no fue leída ni tratada en plenaria, por tanto, continúa ejerciendo ese cargo.

La sesión de ayer no se instaló, argumentó, y no se leyó la correspondencia, por tanto corresponde emitir una nueva convocatoria para tratar todas esas notas.

Según Salvatierra, Añez convocó a una sesión “sin ninguna facultad ni apego al reglamento”, siendo solo segunda vicepresidenta de la Cámara Alta.

Empero, el art. 41 del Reglamento del Senado cita como Atribuciones de la Segunda Vicepresidencia: “a) Reemplazar a la Presidenta o Presidente y a la Primera Vicepresidenta o Vicepresidente, cuando ambos se hallen ausentes por cualquier impedimento”.

Con el razonamiento de la senadora masista, al no haberse leído su carta en sesión, su renuncia pública no fue aceptada. Consecuentemente, las renuncias de Evo Morales, Alvaro Garcia o Víctor Borda no existen en los hechos para el Legislativo.

Mientras Salvatierra adelantaba los pasos del MAS para tratar de retomar el poder, en las calles se agrupaban sectores consecuentes a Evo Morales como vecinos de El Alto y comunarios de las provincias paceñas, sobre todo la Federación de Campesinos Tupak Katari de Omasuyus, más conocidos como ponchos rojos.

Las Policía reprimió a esa marcha, que trataba de entrar a plaza Murillo desde el sector del Obelisco, San Francisco y la avenida Mariscal Santa Cruz.

Los manifestantes, empero, lanzaban distintas versiones sobre el motivo de su movilización.

“Queremos que se respete la wiphala que nos representa”, decía un comunario. Otra mujer señalaba que “nuestros presidente Evo tiene que volver, porque le han obligado a renunciar porque han quemado la casa de su hermana”. Finalmente, las arengas concluían en rechazar a la presidenta transitoria, calificándola como “racista”, “camba” y otros términos discriminadores a la primera investidura del Estado.

Ante este panorama de conflicto social aún latente, el ex presidente Morales continúa emitiendo declaraciones políticas desde México, donde arribó en calidad de “asilado” ayer, a invitación directa del presidente Andrés Manuel López Obrador.

En su alocución, el jefe del MAS reiteró que fue “víctima de un golpe de Estado”, culpó a cívicos, Carlos Mesa, policías y algunos militares de su salida del país.

Sobre el informe de la Organización de Estados Americanos - OEA, que dictó irregularidades y vulneraciones en todos los procesos ejecutados en la elecciones generales del 20 de octubre, Morales dijo que esos resultados fueron “políticos y no técnicos”.

“Si mi pueblo pide estamos dispuestos a volver para apaciguar, pero es importante el diálogo nacional”, dijo, emulando la estrategia que usó el chavismo en 2002 para devolver al poder al depuesto Hugo Chávez luego de 48 horas.

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