PATZI CONMINA A TRABAJAR CON LOS JOVENES PARA RESPETAR A LOS MAYORES

GESTIÓN | 24 Ago 2018

BOLETINES.- En su mensaje al XVII Congreso de la Asociación Nacional de Adultos Mayores ANAMBO, el Gobernador Dr. Félix Patzi Paco, convocó a la sociedad “a trabajar, fundamentalmente con los jóvenes, para que sepan tratar y respetar a nuestros adultos mayores”.

A continuación el discurso íntegro del Gobernador del Departamento de La Paz, emitido el miércoles 22 de agosto de 2018, en el Salón Tupak Katari de la Gobernación.

“En primera instancia, quiero de todo corazón darles la bienvenida a nuestra institución, la principal del Departamento de La Paz que es la Gobernación. Bienvenidos a todos y todas. Siempre serán bien recibidos en esta casa de todos nosotros. Muchas gracias.

Quiero, sinceramente agradecer la presencia de nuestro Cardenal de Bolivia Toribio Ticona, que nos acompaña. A nosotros eso siempre nos motiva y nos enaltece, en nuestro espíritu, en nuestra fe. Muchas gracias Cardenal por estar presente junto con nosotros.

Quiero de igual manera saludar a la Licenciada Teresa Zubieta de la Defensoría del Pueblo, por acompañarnos. Su presencia honra a la Gobernación en particular, y a todas las autoridades presentes, y fundamentalmente a ustedes y a nuestros representantes de la Asociación Nacional de Adultos Mayores ANAMBO. La verdad, siéntanse cómodos y compartamos estos momentos.

Sé que en estos dos días que han tenido su XVII Congreso Nacional de Adultos Mayores. Con seguridad, como siempre, han discutido temas muy importantes, necesidades muy importantes.

Lo único que puedo decir a todos ustedes, en primer lugar, es que todos, absolutamente todos llegamos a una tercera edad. Es nuestro ciclo de vida, nuestro destino, tal como estamos llegamos a la edad de adulto mayor: Ricos, pobres, de cualquier pertenecía étnica, de cualquier parte del mundo… Todos llegamos a ello.

Muchas veces, cuando somos jóvenes no pensamos en el momento que vamos a llegar a esa edad. Pensamos muy probablemente, que toda la vida vamos a ser jóvenes y eso de entrada es un error.

Y en ese momento muy probablemente cometemos muchos errores. Cuando todavía somos jóvenes, muchos no valoramos la vida, la vivencia, la experiencia, el saber, la sabiduría de nuestros adultos.

Son muy pocos quienes se dan cuenta, y reciben y viven muy alegres al tener la compañía de sus padres, de su abuelo, de su abuela, o de su madre. Muy pocos valoran, muy pocos escuchan.

La mayor parte de la sociedad, inclusive desde las instituciones del Estado, sea del nivel central, gobernaciones, o municipios… o los funcionarios, muchas veces vemos a nuestros adultos mayores como carga social y eso evidentemente de debe cambiar. Y ese cambio no es fácil.

Es un desafío que ustedes discutan mejor toda esa situación.

Somos tan diversos. Algunos nos vamos de este mundo probablemente de una manera cómoda. ¿Cuántos serán? No lo sabemos. No hay estudios o estadísticas al respecto. ¿Cuántos se irán de este mundo con sufrimientos que ha vivido en esta tierra?

Inclusive, ¿cuántos se irán de este mundo dejando responsabilidades que han asumido y que en realidad no les toca? Porque a esta edad, nuestros adultos mayores deberían estar tranquilos. Pero no es así la vida.

Muchos hijos e hijas les encajamos a nuestros hijos para que los cuiden nuestros abuelos, como si fuese su responsabilidad. Está bien que puedan ayudarnos, coadyuvar, o jugar, pero algunas veces ya los responsabilizamos absolutamente como si fuese su obligación y ya crían a dos: a su hijo y a la vez a su nieto…

Y hay tantas madres, abuelas y abuelos que toman esa responsabilidad. A algunos ya los vemos incluso como una caja fuerte, y ahí están la pérdida del valor humano.

Algunos padres han trabajado con tanto sacrificio para el bien de sus hijos y tienen algún bien, pero los hijos ya ven la forma de cómo quitarles eso y que hay que vivir de eso… También hay noticias de ese tipo que la verdad, duelen.

Yo perdí a mi padre a muy temprana edad. Me hubiera gustado escuchar sus sugerencias, inclusive como político, pero no he tenido esa oportunidad. Evidentemente mi padre y mi madre fueron tan carentes como lo somos todos, o casi la mayoría de quienes hemos nacido y vivido en el campo.

Pero tengo a mi suegra adulta mayor, distinta de mi familia, con bienes y a sus hijos e hijas siempre les digo: ‘Que tu mamá se venda, que venda su propiedad y que no viva con carencias. Ha hecho tanto esfuerzo para que ustedes sean algo en la vida y que hoy día ustedes sigan reclamando no sería nada humano…’.

Pero cuando somos mayores, y eso es lo más bonito de los mayores, como ustedes. Es bonito escuchar, porque siguen pensado que sus hijos son niñitos todavía aunque sean mayores.

Pensando un día que ya no está uno, y se preocupan como si estuvieran naciendo… Y lloran: ‘dónde estará, cómo estará…’. Si hay algún problema vive ese problema. Eso es lo más humano, lo más sentimental.

Eso es ser madre, ser padre y cuando somos jóvenes eso no valoramos.

Como instituciones hay avances, es cierto. Pero creo que antes había mejor respeto al adulto mayor. Hasta en las movilidades de servicio público, entraban y dábamos el asiento. Hoy en día no, es doloroso ver eso. Ni siquiera queremos dar asiento, renegamos en dar asiento.

Y evidentemente hay normas que avanzan, por ejemplo en pasajes, pero la sociedad misma no obedece. Eso es doloroso.

Es también cierto que se avanzó en salud, seguro, los bonos etc., muy bien pero también tenemos dificultades cuando vamos al hospital o a alguna clínica. Y si bien hay esos avances, pero el comportamiento de la enfermera, del médico, es distinto. Es como para decir: ‘para que ha venido…’.

Pero eso ya es parte del comportamiento humano, de los jóvenes, que no podemos superar.

Yo no quisiera hoy día hablar de lo que ustedes saben por demás. Solamente, como hijo menor, sinceramente decirles en este mes, en el Día del Adulto Mayor, pásenlo muy bien.

A nosotros como Gobernación, nos falta mucho por hacer. Hemos creado el Programa del Adulto Mayor, pero fundamentalmente dirigido a prevenir el abuso, la violencia que es muy cotidiano.

Evidentemente, no bastan las Casas de Acogida. En realidad, el padre, la madre, ya de adulto mayor debería estar viviendo feliz al lado de sus hijos, pero algunas veces para los hijos es fácil decir: ‘Hay casas de acogida, hay institutos… ahí lo dejaremos…’. Y lo dejan, es un dolor…

Nosotros lo experimentamos en las tres casas que tenemos. Escuchar la vivencia de ellos es doloroso, algunas veces lo dejan y nunca más van los hijos y cuando fallece recién se acercan.

Y eso lo digo porque nos pasa en la Gobernación y recién nos enteramos que había tenido hijo, mientras ese adulto mayor estaba allí, nunca ha aparecido para preguntar cómo está, para saludarlo. Lo único que espera ese adulto mayor es un abrazo, un saludo. ‘Papito te quiero…’. Se siente feliz, pero no hay.

En este momento me siento feliz al ver todo tipo de cariños y abrazos de ustedes al entrar. La verdad, me emocionan.

Hasta hoy día cuando me abrazan y me dicen ‘¡adelante…!’ yo veo a mi madre, a mi padre. Pero uno dice eso cuando ha perdido a su padre, a su madre.

Pero creo que nos falta trabajar, fundamentalmente con los jóvenes para que sepan tratar y respetar a nuestros adultos mayores. Eso nos falta más enfatizar, nosotros haremos eso.

Con estas palabras, quiero nuevamente felicitar a la Asociación Nacional de Adultos Mayores ANAMBO. Sinceramente pondero su presencia aquí, están presentes de diferentes departamentos de diferentes idiomas y geografías.

Muchas gracias”.

//FUENTE: GOBERNACIÓN LA PAZ//