EUROCHRONOS: A UN AÑO DE LA LEY DEL GATILLO FÁCIL

La esquina entre las avenidas Irala y Velarde fue testigo del atraco más espectacular y sangriento en una urbe cruceña / RRSS

SEGURIDAD | 13 Jul 2018

VISOR BOLIVIA / Redacción Central.- Ana Lorena Torrez y Juan Carlos Gutiérrez fueron las dos víctimas de los asaltantes a la joyería cruceña Eurochronos, en aquella jornada trágica y violenta del 13 de julio de 2017. La investigación se amplió 18 meses, hasta agosto de 2019, sin encontrar al policía responsable de herir de muerte a la joven administradora de empresas, algo que la familia Torrez Torrico califica como la nueva ley del gatillo fácil.

Roxana Torrico, la mamá de Ana Lorena, hoy con serenidad, pero la misma firmeza que había mostrado durante la tragedia, volvió a exigir que la Policía identifique “con nombre y apellido” al autor del disparo mortal. Agregó que los argumentos de seguridad interna para no entregar la nómina de los efectivos que participaron en ese operativo, no es justificable para la parte legal que busca conocer la verdad de los hechos.

El hecho de no tener respuestas en un año y tener que esperar la ampliación de la investigación, aprobada por la comisión de fiscales integrada por José Parra, Yolanda Aguilera y Maregoth Vargas en Santa Cruz, hace que la madre de la víctima cuestione si en el país estamos entrando a un régimen de impunidad donde se aplica la ley del gatillo fácil.

Los abogados de la familia acusan a la policía de haber actuado de forma inadecuada y por ello podrían plantear las figuras de homicidio culposo y negación de auxilio contra el o los efectivos que sean identificados de participar en aquel operativo.

A un año de la tragedia, solo quedan una cruz en la jardinera para el teniente cochabambino ascendido de manera póstuma a coronel y una plegaria elevada por Ana Lorena que se dio en la capilla San Roque de la capital oriental.

Ana Lorena Torrez de 32 años, profesional y destacada en varias áreas iba a contraer matrimonio en una semana / RRSS

Teniente Carlos Gutiérrez había llegado de Cochabamba para cumplir su deber, dejó dos huérfanos / RRSS

UN DÍA DE VIOLENCIA Y MUERTE

Eran las primeras horas de la jornada de aquel jueves y la joyería abría sus puertas como cada día, para atender a sus clientes en plena avenida Irala y Velarde del primer anillo cruceño.

Un guardia de seguridad había salido media cuadra y en ese momento, casi las 9 de la mañana, es que cuatro sujetos fuertemente armados lo obligan a entrar a la tienda con amenazas. El efectivo se hacía al quite y corría mientras salía el primer impacto de bala de los atracadores.

Las movilidades que pasaban por el sector veían con estupor cómo los hombres armados comenzaban a amenazar hacia los cuatro lados desde la entrada de la tienda. Ya dentro, comenzaron a amenazar a los trabajadores y guardar el dinero, los relojes y joyas en unas mochilas.

Sin embargo, la voz de alerta ya había sido dada y con ello un primer contingente policial llegaba a la zona de conflicto.

Una de las movilidades puesta para cortar el tráfico recibió una ráfaga de fuego. El teniente Juan Carlos Gutiérrez recibía un impacto fulminante de frente, cayendo sobre el volante de la camioneta policial.

Cuando la Policía recibió refuerzos del grupo DACI, muchos vestidos de civiles parapetados a los costados, en frente y al lado de la joyería, los criminales, que luego fueron identificados como tres brasileños y un boliviano, comenzaron a planificar la toma de rehenes para salir del lugar.

Todo esto sucedía a vista de testigos casuales que transmitían “en vivo” cada paso de los asaltantes desde sus celulares y en las redes sociales.

Las cámaras de seguridad mostrarían luego, que los asaltantes trataron de salir dos veces del edificio con sus escudos humanos. En la segunda vez, se produce la balacera.

El último video filtrado mostró a los policías tratando de robar valores de Eurochronos / RRSS

Uno de los criminales había tomado a Ana Lorena por la espalda y la llevaba hasta la acera. En ese momento, la joven profesional resbala y al momento de caer provoca el repliegue del delincuente, no sin antes verse la polvadera en el piso por un disparo que vino de arriba, del lado derecho de Eurochronos, donde está un edificio en construcción.

La joven mujer se ve asustada y luego cae de bruces al piso mientras la sangre comienza a marcar la vereda.

Los efectivos ya tomando control de la situación con los tres brasileños reducidos y el boliviano entregado, avanzan desde el frente para ingresar a la joyería.

Un policía vestido de civil se acerca apuntando su arma al captor de Ana Lorena que había entrado al local para cubrirse con un chaleco de seguridad y así entregarse. Sin embargo, el policía llega donde el sujeto, que yace rendido en el piso, y le dispara tres tiros a quemarropa.

Más de 20 minutos se tarda el grupo especial para tomar pleno control y despejar la zona. Nadie, en ese tiempo, auxilia a Ana Lorena. Las imágenes muestran a los policías pasando al lado de la mujer herida sin siquiera verla.

Ana Lorena sería trasladada luego en una camioneta hacia la clínica Foianini donde, luego de dos horas de operación, se declara su deceso. El informe concluiría que murió por hemorragia profusa provocada por un impacto de bala que perforó el hombro y dañó el pulmón, con ingreso lateral de arriba hacia abajo.

Desde el Ministerio de Gobierno se salió en conferencia de prensa al mediodía de esa luctuosa jornada para explicar que los tres delincuentes habían sido identificados como miembros del Primer Comando Capital de Brasil. “El Mono”, “El Bayano” y “El Camilo”, fueron muertos por la reacción policial.

Sobre Ana Lorena, de quien el ministro Carlos Romero confundió la identidad en esa conferencia de prensa, el funcionario dijo que el caso estaba esclarecido, explicando que fue el atracador que con su ametralladora M16 disparó a la joven gerente mientras se daba la vuelta para huir hacia la tienda.

El informe del Instituto de Investigación Forense – IDIF coincidió con la pericia que la familia desarrolló. Desde el Ministerio de Gobierno se rechazó ese informe y se acusó a las víctimas de querer manchar la imagen de la Policía Nacional y no entender que la situación era de alto riesgo.

Los videos de las cámaras de seguridad filtrados a los medios de comunicación, revelarían también, que los policías se llevaron mercadería, joyas y relojes, de los aparadores mientras indagaban la presencia de otros criminales.

El caso se retomará en agosto del próximo año.

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