ROMERO SOBRE RELACIÓN CON REO ASESINADO: NO DAÑEN MI HONOR

Funcionario se ve afectado por dos temas mediáticos y sangrientos: El “Oti” y estudiante muerto en la UPEA

Ministro Romero junto al regente de los internos , el "Oti", en un evento desarrollado en Palmasola

SEGURIDAD | 22 Jun 2018

VISOR BOLIVIA / Redacción Central.- El caso del “Oti”, reo asesinado en Chonchocoro, salpicó la imagen del ministro de Gobierno, Carlos Romero, quien conminó a los medios a no dañar su imagen. Empero, los criterios de la sociedad para pedir su renuncia están más presentes con este extraño hecho de sangre acaecido en un penal de máxima seguridad.

El asesinato del “Oti” y las posteriores revelaciones del abogado de ese reo sentenciado apuntaron a Romero por supuestamente conocer las actividades de aquel en Palmasola, incluyendo el tráfico de armas y la venta de terrenos detrás de la cárcel cruceña.

En conferencia de presan, el funcionario se defendió evitando responder directamente a quienes considera “políticos de quinta” que solo pretenden dañar su imagen al vincularlo con los criminales a los que persiguió y denunció.

“No dañen mi honor, yo trabajo hace años, soy el único ministro en la historia de Bolivia que se ha metido directamente a desarticular estas organizaciones criminales y que quieran involucrarme con organizaciones criminales, es un despropósito que realmente no lo admito”, declaró.

Víctor Escóbar, alías el “Oti”, fue un prisionero sentenciado a 30 años en 2009 por el asesinato de dos policías en Santa Cruz. Su reclusión se determinó en Palmasola, donde “Oti” comenzó a forjar un ejército de fieles soldados que le permitan tener mando frente a los otros privados de libertad.

En sus años en Palmasola, “Oti” logró consolidar ese ejército a cambio de volver a esos reos en drogodependientes y brindarles algunos beneficios como comida o armas. Por otro lado, dominando el sector PC4, comenzó a amasar una fortuna con extorsiones a las familias de los detenidos y luego saltar a relacionarse con pandillas brasileñas que trafican armas y drogas.

En marzo, un operativo sorpresa de la Policía logró desarticular su banda y conocer que en el sector del “Oti” habían tiendas de productos electrónicos, armas e incluso plantaciones de marihuana.

El delincuente, que era regente del penal, fue trasladado a Chonchocoro en el altiplano paceño, donde encontraría la muerte a los tres meses.

El ministro Romero conocía a Víctor Escóbar, así lo demuestra una fotografía de un evento dentro de Palmasola en la que ambos departen un momento casi ameno.

El abogado y cuñado de “Oti”, Óscar Peña, apenas conocido el asesinato del reo, victimado con 20 puñaladas, recibió una llamada del delegado del Ministerio de Gobierno, Vladimir Ávalos, y aprovechó para grabar la conversación en la que le increpa esa muerte.

Peña también habló con los medios y dijo que su cuñado le había confesado haber entregado una camioneta a Romero y “algo de armas” que traficó en algún momento y de cuyo proceso no tenía imputación. El “Oti” temía por su vida y no se explicaba por qué había sido trasladado a Chonchocoro, donde no tenía poder ni protección.

El abogado luego fue aprehendido y se espera la audiencia cautelar en la que, según adelantó hoy, podría acogerse al derecho al silencio. La acusación del Ministerio Público se fundamentaría en las “amenazas” que hizo Peña contra funcionarios estatales como el ministro Romero o el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, a quienes implicó en el manejo de 34 hectáreas de terreno de Palmasola.

Hasta ahora labor de Romero se había caracterizado por encabezar operativos y mediar en conflictos / MINISTERIO DE GOBIERNO

Esta jornada, en resguardo de Romero salió el ministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, quien pidió la intervención de la Defensoría del Pueblo y Derechos Humanos en lo que considera una serie de ataques contra el ministro de Gobierno.

“Quiero expresar mi solidaridad al hermano Carlos Romero que viene sufriendo ataques de injurias, de calumnias, de insinuaciones, entonces dónde quedan los derechos humanos de los funcionarios públicos, mi llamado a la Defensoría del Pueblo, a las instituciones de DDHH, porque lastimosamente se viene tergiversando, se viene desinformando a la población boliviana”, dijo.

Con todo, la imagen del ministro Romero queda mal parada, más aún luego del conflicto con la Universidad Pública de El Alto – UPEA y la muerte del estudiante Jonathan Quispe, víctima de un proyectil policial el pasado 24 de mayo. 

A un mes de ese trágico deceso, la UPEA sigue movilizada con marchas y piquetes de huelga, aunque dividida en torno al pedido de renuncia de Romero.

El diputado opositor Luis Felipe Dorado, decía en Erbol, que Romero fue uno de los mejores ministros de Evo Morales, pero su imagen está tan desgastada que no le quedará otra vía que renunciar antes de seguir cayendo en errores o respuestas violentas.

Finalmente, una encuesta elaborada por estudiantes de Comunicación Social de la Universidad Mayor de San Andrés – UMSA, consultó a la población ¿qué ministro debería renunciar? Y la respuesta mayoritaria fue Carlos Romero. La muestra se levantó antes del asesinato del “Oti”.

Ambos casos, del “Oti” y la UPEA, seguirán en el ambiente mediático durante la semana, unidos de un modo u otro a Romero, pese a su pedido de no manchar su apellido.

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