EN UNA DÉCADA SE DENUNCIARON CUATRO SACRIFICIOS HUMANOS

Foto agencias / archivo

SEGURIDAD | 18 Nov 2018

KIOSKO / MONITOREO / PÁGINA SIETE.- En la última década, cuatro supuestos casos de “sacrificios” humanos en diferentes ritos salieron a la luz pública sin ser confirmados. La Policía señala que la de Jhoel -el niño cuyos padres aseguran que fue ofrecido al Tío de la mina- es la primera denuncia formal al respecto.

“No hay registros de denuncias similares formales. Este es el primero”, afirmó el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), Jhonny Aguilera.

Sin embargo, los reportes de prensa dan cuenta de al menos cuatro casos públicos. El primero data de 2007, cuando Isidro Quispe, un poblador de Puerto Acosta, fue encontrado gravemente herido en uno de los cerros. Dijo que lo emborracharon y golpearon para darlo como ofrenda en la construcción de un puente en La Paz, pero que logró escapar. Su caso fue publicado en varios periódicos de países vecinos.

Cuatro años después, el cadáver de un hombre (F. L.) fue encontrado en la autopista que une La Paz y El Alto, en el sector denominado la Curva del diablo. Autoridades presumieron que la muerte fue parte de un rito satánico y días después -con una excavadora- se removió un altar al Tío que hasta el día de hoy permanece en el sector.

Los miembros de la Asociación Waka Katari aseguran que es un sitio sagrado y que ellos no practican este tipo de rituales. Señalaron que hay sectas que se aprovechan del lugar.

Este 2018, dos casos causaron la preocupación e indignación de la sociedad. En agosto, el cuerpo de un bebé, cubierto de coca y alcohol, fue encontrado entre las rocas a los pies del cerro Tata Sabaya. Aunque se dijo que era parte de un sacrificio de los contrabandistas, días después el examen forense evidenció que el cuerpo era el de un prematuro de 30 a 34 semanas que murió antes de nacer. Se descartó que hubiera sido sacrificado en un ritual.

El último caso es el de Jhoel, un niño desaparecido el 14 de septiembre en el cantón Pusillani del municipio paceño de Aucapata. Los padres aseguran que el pequeño fue captado por mineros quienes lo entregaron como pago al Tío para extraer más oro. Aunque los rastrillajes policiales han descartado el hecho, la madre insiste en que no es el primer caso y que en la comunidad se sabe de una niña que fue entregada por su propia madre a cambio de una acción en la mina.

//FUENTE: PÁGINA SIETE//