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SCHWARTZ REVELA “LA VERDAD QUE TODOS CONOCEN Y QUE NADIE DIVULGA” EN PALMASOLA

El fotoperiodista boliviano detalla el millonario negocio que se mueve dentro de la cárcel de Santa Cruz

Palmasola, como otras cárceles de Bolivia, es una pequeña ciudad entre cuatro muros / SAMY SCHWARTZ

SOCIEDAD | 13 Mar 2018

VISOR BOLIVIA / Redacción Central.- El fotoperiodista Samy Schwartz se sumó a las voces que piden que los niños sean retirados de las cárceles de Bolivia, pues su permanencia 24 horas al día, los siete días de la semana, es una bomba de tiempo para su seguridad e integridad física y psicológica.

A través de su cuenta en Facebook, Samy Schwartz compartió y pidió compartir su relato sobre el negocio millonario que se mueve cada día en el Centro de Rehabilitación de Santa Cruz “Palmasola”, donde hace dos semanas se conoció el caso de abuso y violación a una menor de edad por parte de un reo en complicidad con la propia madre de la niña, que después de ser descubierta y denunciada se quitó la vida.

De 141 niños que pasaron los seis años de edad, 59 todavía viven dentro de Palmasola, según datos de la Dirección de Régimen Penitenciario y su retiro provocó, la anterior semana, la resistencia de los privados de libertad que incluyó un intento de motín con fuga de dos reos.

Schwartz tuvo la oportunidad de entrar a Palmasola cuando fue delegado como fotógrafo oficial del papa Francisco durante la visita del Sumo Pontífice a ese centro penitenciario en 2015. De esa vivencia y datos que pudo recolectar, el fotoperiodista boliviano detalla la verdad que nadie quiere contar.

141 niños y adolescentes entre siete a 16 años todavía viven entre rejas / EL DEBER

RELATO DE SAMY SCHWARTZ

Esta cárcel es la única en el mundo donde un preso puede tener un negocio, una casa, una familia y seguir delinquiendo con la protección policial.

Al caer en Palmasola, tenés que pagar al alcaide de turno entre 1500$ y 3000$ para poder pasar al PC-4 o de lo contrario pasas al lugar llamado ambientamiento dentro del PC-3 donde sí o sí te meten en una celda pequeña donde existen más de 50 a 80 personas en ese lugar no podés dormirte por que te dan palo si cerrás los ojos esto acaba después que le das un número de algún familiar y hacen la famosa llamada del "seguro de vida" y ahí te torturan hasta que la familia deposita en una cta. o trae el dinero en efectivo al encargado del PC-3 la suma esta entre 1000$ y 1500$.

Si llegas a pasar al PC-4 podes acceder a apartamentos lujosos alquilados desde 200$ hasta 800$. Si los deseas comprar, te lo venden con transferencia y derechos reales desde 7000$ hasta 25000$.

La Gobernación tiene un Plus para el que quiera pasar una estadía placentera denominado "El pabellón de los policías". Este pabellón a simple vista pareciera una unidad policial más, pero no lo es. Todos los presos que ahí se encuentran, siguen llamándose por su rango, gozando así de celulares, computadoras, TV cable, aire acondicionado y personal de servicio, el cual es adquirido de los otros PC.

En Palmasola podés traer a tu familia entera a vivir: las esposas se registran por un pago de 2000 Bs en regencia de PC-4 y estos a su vez detallan las listas de las mujeres que ingresarán después de las 8:00 pm todos los días del año.

Pagas un tributo mensual si pones un negocio, ya sea pensión, venta de abarrotes, ferretería, licorería o night club.

El ingreso de alimentos está monopolizado para un interno. Los productos lácteos a otro, y así se dividen el monopolio entre un grupo de 5.

La policía se beneficia de altas sumas de dinero que deja la sociedad cuando viene a Palmasola de visita.

Cada policía que cumple un turno en la cárcel se lleva a su casa 3500 Bs mínimo, y el ingreso de los oficiales depende de cuántos nuevos internos ingresan en su turno.

En cada pabellón existen oficinas de extorsión y recaudación, los cuales tienen un aporte mensual para el gobernador de: 60.000$ PC-4; 40.000$ PC-3; 20.000$ PC-2

De todo lo recaudado por el gobernador, este pasa una cifra significativa para el aval del ministerio de gobierno, el cual administra todos los cargos de la cárcel, sean administrativos o policiales.

En el recinto de mujeres, muchas de las policías mujeres son lesbianas que ponen un monto de dinero al comando policial para ser destinadas a la cárcel.

La gobernadora tiene más de 20 cuartos o apartamentos que alquila para su beneficio.

La alimentación está licitada a un reo el cual da un monto mensual al administrador del ministerio de gobierno.

En el penal tienen reglas de matar al que denuncia o toma fotos.

Todos los días hay visitas. Las colas tienen precios desde 10 Bs. hasta 50 Bs. Cada sello en el brazo de una visita cuesta 5 Bs.

Cada interno tiene un valor económico para los que pagan el prediario, la luz y el agua, ningún interno que vive en su apartamento paga luz ni agua.

La droga es permitida desde el propio ministerio de gobierno como medida para controlar la población en el penal.

Las internas del PC-2 tienen que pagar el precio para poder tener intimidad con cualquier interno de otro pabellón: 400 Bs.

Cadas sello de control a los visitantes de Palmasola tiene su precio / SAMY SCHWARTZ

SIN SOLUCIONES

Samy Schwartz concluye su relato cuestionando a las autoridades por ser cómplices de este panorama al tener una “mina de oro” en sus manos porque incluso en el PC-4, que es el sistema de régimen abierto para detenidos que pueden pagar ese beneficio, se comercializan electrodomésticos, material de construcción que incluye palas, machetes y picotas, además de equipos con Wi-Fi, computadoras portátiles y muchos otros lujos.

Desde el Viceministerio de Régimen Interior se anunció la construcción de cuatro nuevas cárceles para reducir el hacinamiento, pero esta medida no ataca el problema de fondo que es el manejo y administración de algunas autoridades, policías y representantes de los privados de libertad que mandan en los centros penitenciarios del país.

El exdirector de Régimen Penitenciario, Ramiro Llanos, ha reiterado en cada medios de comunicación, que la solución a esa problemática es aplicar la Constitución Política del Estado que manda a clasificar y separar a los privados de libertad, además de llevar a grupos específicos a otros centros o casas de reclusión como las personas de la tercera edad.

Sobre los niños dentro de las cárceles, Llanos propone que se cumpla la Ley del Código Niño Niña Adolescente que estipula que solo los menores de seis años pueden permanecer dentro de las cárceles junto a sus madres, y solo en casos de fuerza mayor junto a sus padres. Para el resto de los niños y adolescentes se debe habilitar casas de acogida y los menores podrían visitar a sus padres pero sin ingresar a las cárceles, junto a la población, como ocurre ahora.

Para ello, agrega Llanos, se debe cambiar la forma de control de visitas habilitando patios especiales, pero todo aquello no tendrá sentido si quienes administran las cárceles ahora no son relevados por civiles capacitados. Un proyecto de ley y la petición de mandato presidencial son las peticiones de Llanos para que Palmasola, San Pedro y los demás centros penitenciarios del país dejen de ser “escuela de pillos” y centros de perdición.

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