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Viernes, 19 de Abril de 2024

Escribe Carlos Armando Cardozo

¿Qué tan jodidos estamos?

OPINIÓN | 12 Nov 2020

Estas fueron las palabras del flamante presidente de la cámara de diputados, Freddy Mamani, minutos después de su posesión refiriéndose a la situación económica del país. Al mismo tiempo afirmó que una vez asuman el gobierno podrán saber con exactitud cuáles son los problemas de la economía nacional.

El mensaje más allá de buscar las primeras planas por lo alarmista de su declaración sin especificar qué tipo de evidencia tiene para poder respaldarse, hace eco a las palabras vertidas por el presidente electo, Luis Arce Catacora. Antes de las elecciones se sentía confiado de que su modelo al ser retomado tendría la suficiente soltura y solidez para viabilizar bonos, rescatar empresas públicas paralizadas por el gobierno transitorio que extendió la mano a los organismos internacionales, en franca afrenta a los símbolos y “runas” que rememoran los logros del proceso de cambio, “dignidad y soberanía”.

Pero abrir el paraguas antes de asumir no es una buena señal, retroceder en sus pasos como presidente luego de haberse ido de lengua como candidato genera más susceptibilidades aún a pocos días de asumir las riendas del país. La inyección de recursos mediante el Bono “Contra el Hambre” vía crédito externo financiado por el Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo pretende aliviar en algo la precaria situación económica de Bolivia en un contexto de recesión mundial consecuencia del COVID-19.

Son 570 millones de dólares americanos (3.967 millones de bolivianos) que serán transferidos a casi 4 millones de beneficiarios, esto con el objetivo de dinamizar la economía interna a través de la demanda, es decir incrementar los ingresos de las familias “coyunturalmente” lo suficiente como para despertar en las empresas privadas a partir del consumo, una sensación de bienestar como para incentivar la inversión. La activación de la producción y con esto demandar fuerza de trabajo, insumos y así poner fin a la paralización parcial de la economía local.

Sin embargo, más allá de los deseos y objetivos, que abandonan el mero optimismo para entrar en el campo subjetivo de pasiones doctrinales propias del Proceso de Cambio, es fundamental analizar el estado de los agregados monetarios hoy por hoy. ¿Por qué? la importancia de mantener los equilibrios en cuanto al crecimiento de la masa monetaria por encima del Producto Interno Bruto Nacional (capacidad de producción de una economía en el transcurso de año), las fuerzas mandan a que la producción en función de su crecimiento y comportamiento demanda la cantidad de dinero suficiente para garantizar la totalidad de transacciones llevadas con éxito en la economía.

El 2006 el Agregado Monetario M4* ascendía a 42.596 millones de bolivianos para un Producto Interno Bruto de 91.748 millones de bolivianos a precios constantes, en proporciones M4*/PIB teníamos un 46,43%, al año 2019 la brecha se redujo, mientras el PIB se incrementó a 282.587 millones de bolivianos el Agregado Monetario M4* hizo lo propio hasta llegar a 223.603 millones de bolivianos, esto en proporciones M4*/PIB se situó en 79,13%.

Una conclusión apresurada sería validar estos datos bajo un argumento simplista, si el PIB sube es normal que la masa monetaria también lo haga en sí una sigue a la otra, no hay ningún problema al respecto. Falso.

Existe un problema cuando vemos donde es que se incrementó el Agregado Monetario M4* (M1 + M2 + M3), para 2019(p) la mayor diferencia de un agregado a otro se registró entre M2 y M3 es decir la incorporación de los Depósitos a Plazo Fijo (DPF) en Moneda Local, Unidades de Fomento a la Vivienda (UFV) e instrumentos en moneda local con mantenimiento de valor respecto al dólar americano.

Esta diferencia entre agregados monetarios M2-M3 asciende a 94.311,68 millones de bolivianos, obligaciones a corto plazo del sistema financiero local con muchos inversores, pero es solo uno el inversor que debería llevarse nuestra atención, este inversor es el Fondo de Pensiones administrado por las empresas españolas BBVA Previsión y Futuros Bolivia con una inversión equivalente a 76.870,49 millones de bolivianos (aproximadamente 11.044,61 millones de dólares americanos).

¿Y esto que tiene que ver con el programa económico de salvataje del gobierno de Arce? Pues bien, apostar todas tus fichas a que esa inyección de dinero baste y sobre para reactivar la economía es un suicidio tomando en cuenta lo que se pone en riesgo. Primero pretender que los bancos comerciales sigan financiando créditos a pesar de encontrarnos en el 15vo año de descapitalización es una locura, nuevamente insistiendo en la base del modelo económico milagroso de Arce, la demanda interna. Alguien debe financiar esos créditos adicionales para acompañar la reactivación de la inversión local ¿El Estado? ¿Cómo? ¿Seguir endeudándose con los organismos internacionales como está pasando con el Bono contra el Hambre? Dejo la pregunta pendiente.

Segundo, meterle mano a las AFPs puede resultar una tentación para el Gobierno, apelar a su liquidez y dejar a cambio bonos del Banco Central siguiendo la lógica, lleve ahora pague después, lamentablemente sería un problema para la sostenibilidad del propio sistema que basa su ineficiente funcionamiento a la llegada de más y más aportantes para así poder financiar las rentas de los trabajadores jubilados, suben el capital para incrementar los rendimientos a las mismas tasas miserables ofrecidas por los DPFs bancarios. Quitando capital la casa de naipes terminaría por colapsar. Exigir la liquidación de todos los DPFs en manos del sistema financiero dejaría un gran agujero que desataría una crisis de liquidez bancaria, sin pago de préstamos (mora, periodos de gracia por COVID-19), sin ahorristas, los bancos están contra las cuerdas desde hace ya muchos años, acentuada más aún resultado de la pandemia.

Tercero, imprimir moneda sin respaldo cuando M4 para el año 2020, apelando las últimas estimaciones del Banco Mundial (-7,2% caída del PIB), pasaría la barrera del 90% de proporción respecto al PIB (91,84% para ser precisos) no deja mucho espacio para el programa de rescate de Arce, lo único que lograría sería financiar una espiral de inflación y la pérdida de credibilidad de su gobierno en los primeros 3 meses de su gestión.

Finalmente, ya respondiendo al flamante presidente de la cámara baja, Freddy Mamani, ¿estamos jodidos económicamente? Si, ¿Qué tan jodidos? MAS de lo que usted cree.

//*CARLOS ARMANDO CARDOZO LOZADA es economista, máster en Desarrollo Sostenible y Cambio Climático y presidente de la Fundación Lozanía//

//**LOS TEXTOS REPRODUCIDOS EN ESTE ESPACIO DE OPINIÓN SON DE ABSOLUTA RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO COMPROMETEN LA LÍNEA EDITORIAL PLURAL – LIBERAL DE ESTE MEDIO DE COMUNICACIÓN// 

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