Escribe Hugo Balderrama

Todos contra Donald Trump

Escribe Hugo Balderrama

OPINIÓN | 13 Nov 2020

En agosto del 2015, el escritor conservador Scott Powell publicó un artículo titulado Revolución silenciosa, una reseña histórica de la infiltración de la nueva izquierda en el Partido Demócrata. El autor nos cuenta como el marxismo cultural fue ganando terreno hasta tener candidatos de la talla de Bernie Sanders, Hillary Clinton, Barack Obama y Joe Biden.

Por otro lado, el veterano Richard Viguerie, en su libro Los conservadores traicionados, muestra cómo el Partido Republicano se fue alejando de los principios del gobierno limitado, los bajos impuestos y los mercados libres.

¿Cuál fue la consecuencia de perder a ambos partidos? Que en EEUU el socialismo avanzó sin ninguna resistencia, poniendo en riesgo la estabilidad del país.

Por ejemplo, para el año 2014 la deuda del gobierno federal era de US$ 17 billones, un 70% del PIB. El incremento al salario mínimo, decretado por Barack Obama, causó el cierre de 146 mil puestos de trabajo. Las políticas inflacionarias conocidas como Quantitative Easing destruyeron el valor del dólar y, paradójicamente, sirvieron para apuntalar a los gobiernos socialistas de Venezuela y Bolivia.

La izquierda avanzaba a pasos agigantados, pero no contaron con la llegada de Donald Trump -un outsider de la política, pero que se convirtió en la piedra en el zapato de los socialistas-. Durante su gestión el excéntrico millonario defendió la vida de los bebes nonatos, aprobó el mayor recorte fiscal desde los 80, redujo en 285 millones de dólares el presupuesto a la ONU y logró un acuerdo histórico entre Israel y Emiratos Árabes Unidos -cosas que no se habían hecho en décadas en los EEUU-.

Obviamente, la izquierda no se quedaría con los brazos cruzados, y jugaría su carta más efectiva: la destrucción de la imagen personal de Trump.

 Por eso, y con la ayuda de una prensa servil a los intereses socialistas, construyeron la figura de un Trump racista (aunque es el presidente que más ayudó a las comunidades afroamericanas e hispanas), misógino (claro que no mencionan a la jueza Amy Barrett, quien además es la mujer más joven en llegar a la Corte Suprema de Justicia) y discriminador (obviamente, pasan por alto la excelente relación que existe entre Trump y el juez afroamericano Clarence Thomas). Como bien dice Vanesa Vallejo: « Muchos medios no retratan la realidad, sino que buscan construir la realidad que ellos quieren. Por eso tantos periodistas le decían a los americanos que Biden conseguiría una victoria aplastante»

Mientras los medios ungieron a Joe Biden como triunfador de las elecciones, la Justicia todavía no determinó un ganador, además, son cinco los Estados que enfrentarán distintas demandas por parte de la campaña Trump. La Justicia tendrá que expedirse en los próximos días y muchas causas podrían llegar a la Corte Suprema.

Actualmente hay 12 demandas, de las cuales 8 siguen abiertas, por apelación o por aceptación de la Justicia. Las apelaciones llegarán a la Corte Suprema y las aceptaciones tendrán una resolución en los próximos días.

Un punto que destaca la campaña de Trump, es la enorme irregularidad de que Pensilvania, Michigan, Arizona, Nevada y Georgia tardaron unas pocas horas de la noche del 3 de noviembre para contar el 95% de los votos, pero tardaron más de cinco días en contar el último 5%. Al parecer, y copiado la mala costumbre de los países latinoamericanos, los Demócratas intenta ganar la elección a plan de fraude.

Pero ¿cuál es la diferencia entre tener a Trump o Biden sentado en Washington?

 Muchísimas, entre ellas, Biden y Harris son promotores del aborto, además, la dupla Demócrata es absolutamente funcional a la agenda globalista y la ideología de género.

Por ello, la doctora Deirdre Byrde, ex médico del ejército y oradora en la Convención Nacional Republicana, ha afirmado: «Biden-Harris son la dupla más anti-vida de la historia, apoyan incluso el horror del aborto tardío y el infanticidio».

Finalmente, tener a Biden como presidente de EEUU (seguramente, apoyara al Grupo de Puebla como ya lo hizo Barack Obama), a Luis Arce Catacora como primer mandatario de Bolivia y a Carlos Mesa como jefe de la «oposición» es el peor escenario posible para el país. Pues todos ellos comulgan con las mismas ideas intervencionistas en economía y son enemigos declarados del capitalismo, la libertad religiosa y la educación libre.

//*HUGO BALDERRAMA FERRUFINO ES ECONOMISTA, MASTER EN ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS Y PHD. EN ECONOMÍA//

//**LOS TEXTOS REPRODUCIDOS EN ESTE ESPACIO DE OPINIÓN SON DE ABSOLUTA RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO COMPROMETEN LA LÍNEA EDITORIAL PLURAL – LIBERAL DE ESTE MEDIO DE COMUNICACIÓN//