Escribe Carlos Armando Cardozo

Amnesia cívico política

Escribe Carlos Armando Cardozo

OPINIÓN | 10 Dic 2019

Camacho o Pumari, Pumari o Camacho, conforme las aguas parecen entrar en calma en lo que respecta a la coyuntura política boliviano, se impone de manera prematura lo electoral dejando prioridades en lo económico, social e incluso de seguridad nacional en segundo plano.

Considero que todo ciudadano tiene derecho a participar de la política, a concursar y ser elegido en las urnas para tomar las riendas del país y garantizar mejores días para la ciudadanía en su conjunto. Sin embargo, pensar que el problema del anterior gobierno fueron solamente los nombres y dejar de lado el problema de fondo: el programa, la visión la propuesta, las respuestas a necesidades de suma importancia, más que descabellado resulta irresponsable.

En este mismo escenario se gesta una restructuración en el MAS luego de la salida de la mayoría de sus referentes políticos de los últimos 13 años (carentes de liderazgo), una fractura interna que reconfigura una estructura compuesta por dos facciones una conciliadora con ciertos atisbos de racionalidad y otra ala dura, con planes de confrontación aún funcionales a decisiones emanadas de los vestigios de la antigua cúpula de poder, hoy en el exilio voluntario.

Queda claro que el Proceso de Cambio se encuentra en estatus quo en la medida que las diferencias internas en el MAS persistan; diferencias cargadas incluso de intimidación y amenazas violentas de los radicales a los conciliadores.

La verdadera lucha y parte de la razón por la que Camacho es tan resistido es la lucha regional por el poder político, tanto el Oriente como el Sur fueron meros espectadores en un país estructurado bajo una visión hegemónica en la sede de Gobierno, el centralismo como sistema político administrativo del país.

Camacho, bien o mal, se convierte en un candidato con buenas perspectivas para terciar en las elecciones generales, su rol trasciende lo político partidario, estamos hablando de una oportunidad tangible de desmontar el centralismo bajo un nuevo sistema político administrativo, así como sucedió antes de la Guerra Federal, La Paz y Oruro se consolidaron como centros económicos alrededor de la minería mientras que Sucre y Potosí a pesar de perder relevancia en materia económica y social seguían detentando el poder político.

Santa Cruz como región hoy en día es sin lugar a dudas el centro económico del país, como núcleo empresarial y agroindustrial de exportación, sin embargo, las políticas públicas no han coadyuvado a la proyección de esta región más allá de lo dispuesto por el Estado Central claro ejemplo fueron los últimos 14 años donde sorteo restricciones a las exportaciones y una excesiva carga burocrática y dilaciones sin mayores explicaciones por parte de las autoridades de ese entonces.

En ese entendido la verdadera lucha se libraría tras bambalinas, visión contra visión, centralismo o el paso hacia nuevos horizontes, luego de la participación popular y las autonomías, con todos sus pros y contras, lo avanzado modifico el esquema de país que muchos líderes en la periferia quieren construir de hoy en adelante.

Lo preocupante es mantener la misma discusión superficial de caudillos y los partidos políticos que los acompañen. Los tiempos obligan a realizar un proceso de reflexión como ciudadanos; es lamentable como las fuerzas políticas no salen del cálculo sectorial para mantenerse vigentes en la política boliviana.

Frivolizar las elecciones venideras a una disyuntiva entre el MAS (vigente aún) y la oposición fragmentada, obligada a consolidar un bloque único bajo un liderazgo que garantice la victoria definitiva por la democracia, se constituye en un peligro para la sostenibilidad del país.

¿Cuándo vamos a discutir los verdaderos problemas del país? ¿Seguiremos confiando en el gas Natural como sustento de la economía nacional o apostaremos al litio como nuevo recurso estratégico para la matriz económica? El extractivismo seguirá siendo la respuesta para salir de la pobreza y única carta para mejorar la calidad de vida de los bolivianos.

¿Cómo lidiar con la caída de las Reservas Internacionales? Las proyecciones para los Mercados Internacionales dan cuenta de una demanda menor por las materias primas, por ende, los precios de las “commodities” presentaran una tendencia a la baja, como se configura este escenario para los agroindustriales exportadores, la venta de gas a nuestros dos únicos mercados Brasil y Argentina, hoy también productores.

¿Qué hacer con el Narcotráfico? La administración política del Chapare como la republiqueta independiente a cargo de dirigentes con capacidad de generar violencia y movimientos subversivos, dificultaran sentar presencia real del Estado en la zona y controlar los cultivos excedentarios de hoja de coca.

¿Cómo abordar las Relaciones Internacionales con el nuevo gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner en Argentina, con una clara posición favorable hacia el ex presidente Morales?

¿Argentina podría convertirse en un centro de operaciones para ex autoridades del MAS desde donde podrían gestar acciones de desestabilización para el nuevo gobierno boliviano?

Por ahora nos preocupa más el ¿quién? que el ¿con qué y cómo? afrontaran el futuro próximo.

//*CARLOS ARMANDO CARDOZO LOZADA es economista, máster en Desarrollo Sostenible y Cambio Climático y presidente de la Fundación Lozanía//

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