OPOSICIÓN DISPERSA EN SIETE CANDIDATURAS GARANTIZA LA PRESIDENCIA PARA EL MAS

Los márgenes porcentuales, las estadísticas y las experiencias anteriores marcan tres grupos de votación. En ese margen, el MAS se conformaría con llegar al 40% de los votos

Morales apunta a quedarse hasta 2025 como inquilino de la Casa Grande del Pueblo / AFP

POLÍTICA | 16 Dic 2018

VISOR BOLIVIA / Redacción central.- Siete candidaturas de oposición para las elecciones generales de 2019 no solo arriesga la posibilidad de un cambio en la administración del Estado sino que garantizan la victoria del partido oficialista para seguir al mando hasta 2025. El margen de posibilidades se reduce a 40% para lograr la reelección de Evo Morales. 

Un cálculo realizado en base a las encuestas preelectorales y los primeros sondeos realizados a 40 días del verificativo electoral del 27 de enero de 2019, muestra que la dispersión de la oposición no alcanza para ganar en primera vuelta e incluso arriesga la posibilidad de forzar una segunda vuelta electoral.

La Constitución Política del Estado - CPE establece que la Presidencia del Estado se logra mediante 50 por ciento de los votos más 1, es decir 51%, o con 40% y una diferencia de al menos diez puntos.

Evo Morales con todo el aparato del Movimiento Al Socialismo - MAS logró llegar al poder en 2005 con 53,72% de los votos siendo el primer partido en superar ese margen para evitar los pactos que se realizaban en el Congreso Nacional. Para 2009 Morales ya como mandatario llegó al 64,22% en su primera reelección. Para 2014, con una polémica habilitación del Tribunal Constitucional Plurinacional, el MAS llevó a su caudillo a una segunda reelección con 61,36% de los votos.

Pese a la restricción constitucional del artículo 168 que establece: “El periodo de mandato de la Presidenta o el Presidente y de la Vicepresidenta o Vicepresidente del Estado es de cinco años, y pueden ser reelectas o reelectos por una sola vez de manera continua”, el régimen de Evo Morales ha activado otra interpretación, con el mismo TCP de 2014, para interpretar el Pacto de San José de Costa Rica y declarar los “derechos políticos” del mandatario por encima de la CPE.

En ese sentido, a días de conocer el resultado del 21 de febrero de 2016, los medios de comunicación y las empresas encuestadoras lanzaron a Morales como candidato, habilitándolo como candidato en el imaginario colectivo. En ningún caso, desde entonces, el mandatario/candidato nunca bajó del 35% de intención de voto, hasta que la presión de las plataformas ciudadanas y la irrupción de Carlos Mesa como postulante hicieron que la última encuesta publicada por Mercados y Muestras para Página Siete le dieron 27%.

Sin embargo, el voto duro del MAS se centra entre el 35 al 40 por ciento y eso es conocido y manejado desde la cúpula de gobierno.

Los líderes de oposición se dispersaron entre alianzas y candidaturas propias / WEB

CIFRAS CONSTANTES EN TRES GRUPOS ELECTORALES

@VisorBolivia ha realizado un ejercicio matemático en base a los promedios de intención de voto de las candidaturas y la comparación del voto ciudadano en las tres últimas elecciones generales. Cabe remarcar que este medio de comunicación no hace mención a encuestas referidas a las elecciones primarias, cuya difusión está restringida por el Tribunal Supremo Electoral.

En las elecciones de 2005, 2009 y 2014 hubo tres grupos establecidos: los que lograron representación parlamentaria, los que se quedaron con márgenes mínimos y los que perdieron su personería jurídica.

En 2005 se presentaron ocho frentes. Cuatro entraron al Congreso Nacional (MAS, PODEMOS, UN, MNR), uno quedo al margen (MIP) y tres ni siquiera lograron el 1% de los votos (NFR, FREPAB, USTC).

En 2009 nuevamente hubo ocho partidos en disputa. Tres entraron a la Asamblea LEgisltaiva (MAS, CONVERGENCIA, UN), uno estuvo en el margen pero perdió su sigla, aunque se le reconoció dos curules (AS) y cuatro frentes no llegaron al 1% (MUSPA, GENTE, PLYS, BSD).

En 2014 el panorama se redujo a cinco partidos. Tres lograron representación legislativa (MAS, UD, PDC) y dos estuvieron en el rango medio, pero perdieron su sigla (MSM, PVB).

El 21F se mantiene movilizada en medio de la electoralización del país / EL DEBER

ELECCIONES GENERALES 2019

Con ese antecedente estadístico, de siete frentes opositores rumbo a las elecciones generales de octubre de 2019, se pueden dividir tres grupos: 1) dos partidos sin ninguna posibilidad de llegar al poder e incluso en riesgo de perder su personería jurídica al no obtener 3% de los votos; 2) dos partidos que pueden superar el margen electoral con opción a optar a un par de diputaciones; 3) tres frentes con posibilidades electorales.

Para las elecciones primarias y por ende las generales de 2019, se han registrado para pugnar el poder al MAS, la alianza COMUNIDAD CIUDADANA, la alianza BOLIVIA DICE NO, Unidad Cívica Solidaridad - UCS, Movimiento Tercer Sistema - MTS, Movimiento Nacionalista Revolucionario - MNR, Partido Demócrata Cristiano - PDC y Partido de Acción Nacional - PANBOL.

Volvieron a los tres grupos que se reparten el caudal electoral se tiene el cálculo de dos partidos que perderían su sigla con un tope de 1,5%, que es el promedio del comportamiento de los anteriores tres comicios generales. Dos frentes suman 3%.

El otro grupo con dos partidos que podrían llegar a la Asamblea Legislativa se lleva cada uno 3,5%, es decir, suman 7% del total de votos válidos.

Dejando al MAS con 40% y sumando el caudal de esos cuatro frentes opositores con 11% se suma 51 por ciento de la votación válida.

El margen, entonces, para los otros partidos es de 49% para tres candidaturas del grupo de partidos que lograrán representación legislativa y que pueden optar a una segunda vuelta. Empero, la división de 49 puntos en tres partidos es lo que arriesga toda posibilidad electoral y el MAS lo sabe.

CIDH es el último escenario para frenar el intento reeleccionista de Morales y Garcia / OAS

SEGUNDA VUELTA EN RIESGO

La CPE también abre la posibilidad de activar la segunda vuelta si un partido no logra el 51% o, como cita el art. 166 “que haya obtenido un mínimo del cuarenta por ciento de los votos válidos, con una diferencia de al menos diez por ciento en relación con la segunda candidatura”.

El segundo lugar, presumiendo que sea el mejor posicionado candidato opositor, tendría que llegar a 31% frente a la base de 40% del MAS, es decir, solo deben haber 9 puntos de diferencia para activar la segunda vuelta.

Los márgenes porcentuales para activar la segunda vuelta son: 40 a 31, 41 a 32, 42 a 33, 43 a 34, 44 a 35, 45 a 36, 46 a 37, 47 a 38, 48 a 39, 49 a 40 o 50 a 41.

Solo si el MAS cae del 40 por ciento se aplicará la segunda vuelta independientemente de los porcentajes finales. Ello, sin embargo, parece muy improbable dado el promedio obtenido por el oficialismo en las encuestas desde 2016 y las tres experiencias en las que Morales y su segundo lograron la mayoría absoluta de los votos.

En anterior entrevista con El Deber, el vicepresidente Alvaro Garcia, se refería a esta dispersión opositora y la garantía de victoria para el MAS.

“Sobre esa victoria ya obtenida, ahora ellos se han fragmentado. Que no hayan podido sobreponer por lo menos un sentido de preservación opositora y que haya prevalecido la ambición. Eso habla muy mal de ellos, porque le está diciendo al ciudadano, que observa en silencio, cómo serían ellos en el gobierno”.

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