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UN REFERENDO NEGOCIADO: RETAR A DUELO Y MORIR EN EL INTENTO

REVOCATORIA DE PREFECTOS: A DIEZ AÑOS DEL CAMBIO DE BALANZA POLÍTICA EN BOLIVIA (CAPÍTULO I)

La votación del 10 de agosto de 2008 sería crucial para el proyecto hegemónico del régimen masista / ARCHIVO ALBERTO MEDRANO

ESPECIALES | 9 Ago 2018

VISOR BOLIVIA / Redacción central.- Cuando Manfred Reyes Villa cometió el lapsus de “adelante Santa Cruz con su independencia”, no preveía la arremetida política que se le vendría y que terminaría con su mandato en la Prefectura de Cochabamba. A su vez, José Luis Paredes pagó caro haber dejado la mejor gestión edil en El Alto para proyectarse a nivel nacional con una agrupación ciudadana huérfana de apoyo partidario. Han pasado diez años desde el referendo revocatorio de mandato que cambió la balanza política en Bolivia a favor de una hegemonía que hoy comienza a esfumarse.

Entre 2006 y 2007 la administración de Evo Morales comenzaba su régimen frente a una férrea oposición atrincherada en las regiones. Los partidos tradicionales se habían diluido y la bancada legislativa opositora hacía pulsetas cada vez más débiles contra el Movimiento Al Socialismo – MAS. 

En cambio, los líderes regionales habían conformado la denominada “media luna”, entre políticos, cívicos y empresarios dispuestos a frenar el “proceso de cambio” y la nueva Constitución Política del Estado que estaba en plena elaboración.

Morales y el MAS habían logrado la presidencia, la mayoría congresal y el control de la Asamblea Constituyente. La oposición tenía en su poder las prefecturas de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando. Chuquisaca había quedado en un interinato con la oficialista Savina Cuéllar, luego de los hechos luctuosos de la Calancha y la renuncia del prefecto David Sánchez. El MAS solo controlaba los departamentos de Potosí y Oruro.

Los prefectos Manfred Reyes Villa, Rubén Costas, Ernesto Suárez, Leopoldo Fernández, Mario Cossío se habían unido al Comité Cívico Pro Santa Cruz del líder cruceño Branko Marinkovic. José Luis Paredes se mantenía distante del grupo activista, pero aliado en la oposición política.

En un acto público, en plena confrontación entre regiones y el Ejecutivo, Reyes Villa deslizó una frase polémica. “Adelante Santa Cruz con su independencia”, dijo en respaldo con el referendo que Santa Cruz, Beni y Pando habían convocado para aprobar sus estatutos autonómicos.

Ya antes, Reyes Villa había vivido en carne propia la arremetida del MAS y sus aliados, regantes campesinos y productores de coca en el valle, con la toma de la Prefectura de Cochabamba en enero de 2007. Voces como “traidor”, “amigo de los separatistas” y otros, sirvieron para manipular a las masas en un hecho violento que dejó tres fallecidos, entre ellos el universitario Christian Urresti, cuyo linchamiento quedó impune hasta hoy.

Los prefectos de la "media luna" habían desplazado a los partidos tradicionales entre 2006 y 2007 / ARCHIVO WEB

La reacción del prefecto cochabambino, meses después que se calmaron las aguas, esta vez fue “retar” a Evo Morales a un referendo, convencido que la mayoría de la población en Bolivia rechazaba el proyecto constitucional del MAS y la amenaza socialista sobre el país.

Morales le tomó la palabra y a fines de 2007 comenzó a impulsar a través del Congreso Nacional y su cabeza Alvaro Garcia, una convocatoria para referendo revocatorio de mandato al presidente, vicepresidente y ocho prefectos. El cargo de Chuquisaca quedaba al margen por la particularidad de ese caso.

Garcia, la bancada del MAS y operadores de la oposición legislativa de Poder Democrático Social – PODEMOS de Jorge Quiroga, sellaron y garantizaron el proceso electoral para el domingo 10 de agosto de 2008.

Dichas negociaciones, denunciaron años después los principales afectados del revocatorio, respondieron a un presunto acuerdo político para que la representación opositora en Bolivia abandone a los líderes regionales y retorne hacia los partidos políticos con representación congresal, es decir, a PODEMOS y las minoritarias bancadas del Movimiento Nacionalista Revolucionario – MNR y Unidad Nacional – UN.

De hecho, la ley del referendo que ingresó al Congreso en enero, fue aprobada en la Cámara de Senadores, donde la oposición partidaria tenía mayoría. Morales la promulgaría en mayo, un mes antes del referendo revocatorio.  

El proyecto avanzó y la Corte Nacional Electoral – CNE encabezada por el delegado presidencial José Luis Exeni convocó al proceso democrático pese a la resistencia de Reyes Villa, que en principio no solo se negó a someterse a la revocatoria de mandato, sino que alertó que iba a desconocer el resultado “sea cual sea”.

Las primeras observaciones a la CNE salieron desde los prefectos, pues el concepto de simple mayoría no se aplicó en esa convocatoria, abriendo susceptibilidades por el manejo de porcentajes para mantener o destituir a estas autoridades electas.

El ente lectoral, luego del rechazo del MAS al primer proyecto de convocatoria que establecía la simple mayoría, es decir 50 por ciento más uno de votos para revocar a estos protagonistas, decidió cambiar la fórmula y estableció que para alejar del cargo a una autoridad electa en las elecciones generales de diciembre de 2005 se requería superar el porcentaje que cada uno había obtenido en aquel verificativo.

Morales promulgaba la ley de revocatoria aprobada por el senado con mayoría partidaria opositora / ARCHIVO CAPTURA PANTALLA

Morales y Garcia no serían revocados si tenían un rechazo de 51% sino de 53,7% como mínimo. En tanto los prefectos podían perder el cargo con menos de esa mayoría simple que se aplica en cualquier referendo o consulta ciudadana en el mundo.

Así, José Luis Paredes de La Paz sería revocado solo con el 37,99% de los votos y no con 51%. Manfred Reyes Villa perdería el cargo con 47,64%; Leopoldo Fernández sería revocado con 48,03%; Ernesto Suárez con 44,64%; Rubén Costas con 47,87%; Mario Cossío con 45,65%. Los oficialistas Mario Virreira de Potosí requería 40,69% y Alberto Aguilar de Oruro sería revocado con 40,95% de la votación para perder el cargo.

Una huelga de hambre de los prefectos de la “media luna” rechazando esa imposición del régimen a la CNE se fue debilitando y un mes antes del referendo, los opositores regionales, excepto Reyes Villa, aceptaron ir a las urnas.

Con todo, la pregunta final, redactada para la papeleta doble del referendo revocatorio de presidente, vicepresidente y prefectos departamentales del 10 de agosto de 2008 fue: “¿Está usted de acuerdo con la continuidad del proceso de cambio liderado por el presidente Evo Morales Ayma y el vicepresidente Álvaro García Linera? / ¿Está usted de acuerdo con la continuidad de las políticas, las acciones y la gestión del prefecto del departamento?”.

El escenario estaba planteado. Bolivia iba a definir la balanza de poderes.

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