Cochabamba: Menos de 60% de hoteles abre; denuncian dumping y temen quiebra

Foto agencias

ECONOMÍA | 25 Feb 2021

Ante la escasa demanda, algunos ofertan tarifas más bajas para generar flujo y otros recintos pidieron cierre temporal

OPINIÓN.- A casi un año del inicio de la pandemia en el país y de que se decretase el comienzo de la sucesión de cuarentenas (el 22 de marzo de 2020 rigió el primer confinamiento total), la radiografía del sector hotelero departamental es crítica.

El rubro, quizás uno de los más afectados en términos económicos por la crisis sanitaria, intenta rearmarse, pero funciona en menos de un 60%. Ello, en consonancia por lo calculado por el presidente de la Cámara Hotelera de Cochabamba, José Gómez, quien advierte que ese panorama se ha dado desde septiembre del año pasado a la fecha y que no es “aceptable”. En este entendido, Carlos Contreras, gerente propietario del Avanti Hotel La Colonia y miembro de la Asociación de Hoteles de Cochabamba, comprende que el porcentaje es mucho “menor” y manifiesta su preocupación en torno a un fenómeno que ha observado en el mercado, sobre todo en los recintos de 4 o 5 estrellas: el dumping (venta que supone pérdidas o juego sucio, en inglés).

Gómez trae a colación que si bien la reactivación se ha intentado impulsar desde septiembre de 2020, con las medidas de bioseguridad como necesidad elemental para el funcionamiento permitido por el Ministerio de Salud, no todos los espacios de alojamiento han podido sujetarse a la adaptación, considerando montos fuertes de inversión.

De ahí que haya tomado conocimiento, según sus aseveraciones, del cese de actividades sostenido. “La gente se está moviendo, pero no mucho. En el cumplimiento de todo ello para protegernos (del virus), no todos llegaron a cumplir (los protocolos), porque hubo nuevos gastos. También, algunos cerraron y debieron ingresar a nuevas economías”. Gómez afirma que seis presentaron cartas de cierre temporal, entre residenciales, hostales y hoteles.

Sobre las pérdidas concretas en el rubro, prefiere no aventurarse, puesto que –menciona- los interesados del área han intentado reunirse nacionalmente para evaluar los daños, pero aún no dispone de cifras exactas. Anticipa que son “cuantiosas”.

Contreras, quien ha fundado la Cámara de Organizadores de Eventos y adquirió en 2019 el hotel La Colonia mediante el embargo bancario en 5.2 millones de dólares, entiende que el sector está “sumamente complicado”, sin contar que el turismo cochabambino fue “olvidado” por las autoridades nacionales, pese a representar “el tercer generador del Producto Interno Bruto (PIB)”.

Han podido trabajar intermitentemente. En diciembre recibieron la autorización para concretar eventos sociales, pero debieron pausar en enero, debido a la escalada de casos de coronavirus. “Solo nos permitieron sábados, de 12:00 a 21:00. Hay hoteles como el mío que cumplen la norma, en cambio existen otros de 5 estrellas que atienden viernes, sábados, domingo y lunes. Las pérdidas son cuantiosas”, alerta, para luego poner como ejemplo al Diplomat. “Hay algunos que no abrieron, por ejemplo, el Diplomat cerró. Y hay muchos más entre 2 y 3 estrellas que lo están haciendo. No se vio que el Gobierno tenga alguna política para recuperar el turismo y el sector hotelero”. El empresario teme que, de continuar así el panorama, en el corto plazo se produzca la quiebra de varios hoteles.

Pero al hotelero lo inquieta más el dumping, es decir, la “competencia desleal” que se da, según su perspectiva, por la necesidad de generar ingresos, incluso con tarifas que pueden llevar a problemas. “Hay hoteles de 5 estrellas que cobran 200 bolivianos la noche por tener algo de flujo para pagar luz, agua, etcétera, pero así no cubren ni los costos operativos. Las autoridades no controlan, no hay un ente regulador. Si soy de 5 estrellas y me bajo a 200, ¿el de 4, cuánto va a cobrar? Perjudica a todos”.

Incluso, manifiesta que recibió llamadas de clientes que han comparado los precios. “Lo mínimo que puedo dar es una tarifa de 350 bolivianos por una habitación simple, pero mis colegas la dan en 200. Cuando de aquí a seis meses se solucione, ya no podré subir a 400 o 500. Están viviendo el momento, pero no ven el mediano plazo”.

De ahí que tema la posibilidad de quiebras en el rubro. Además, a ello se le suma que el teletrabajo incidió en la ocupación de habitaciones por parte de ejecutivos o empleados que solían realizar viajes a la Llajta por temas corporativos. Esto, sobre todo de lunes a viernes, porque los fines de semana los clientes solían ser las familias.

Bernardo Pavisic, gerente comercial y propietario del Gran Hotel Cochabamba, también está preocupado. Considera que el sector formal es siempre el más damnificado, el que paga los “platos rotos” con las restricciones. Calcula que en eventos, la demanda bajó a un 5%, mientras que en hospedaje, los indicadores de todo el año señalan que su empresa no alcanzó el 15%. “El hotel se manejó siempre en un 60% de ocupación”, recuerda.

Con una infraestructura que dispone de 16 salones, el mantenimiento y el pago al personal fueron dos factores duros. Debido al alto costo operativo, Pavisic refiere que si bien han diseñado paquetes más módicos que han funcionado bien, por ejemplo, durante los fines de semana largos, no han podido bajar considerablemente las tarifas porque ello implicaría “trabajar” a pérdida. Un elemento a favor fue la flexibilidad que encontró el empresario en el Banco Mercantil Santa Cruz.

La Cámara registra 120 hoteles y otros, pero fuera de ella hay más que funcionan con otros parámetros. 

//FUENTE: OPINIÓN//