Escribe Soraya Peredo Lazcano

Uyuni: entre la nostalgia y el subdesarrollo

OPINIÓN | 18 Feb 2021

En una transmisión en vivo la cantante cruceña Frances Peláez dijo que Uyuni es muy feo y que no viviría ahí ni por un millón de dólares.

El hecho causó indignación en ese municipio del departamento de Potosí. Además, la Alcaldía anunció un proceso penal y las juntas vecinales emitieron una declaratoria de persona no grata contra la joven.

Por otro lado, muchas personas en redes sociales, lugar donde todos son «perfectos», expresaron su molestia y exigen tomar medidas legales contra la «desubicada» y «antipatriota». No obstante, nadie se puso a analizar las razones por las cuales Frances Peláez dijo lo que dijo. Además, si tuviéramos que juzgar y condenar a todos los que critican a Uyuni, se debería empezar por Lourdes Mukled (presidente de la Cámara Hotelera) quien el año 2017 dijo lo siguiente: «Este año, juntando la ausencia del Dakar, la falta de lluvia y la poca inversión del Estado para sostener la hotelería del lugar, la situación se torna preocupante. Es un duro golpe al turismo, los japoneses se fueron muy decepcionados».

El particular hecho, me motiva a realizar un pequeño análisis, primero como ciudadana boliviana y segundo como profesional en turismo. Veamos.

En primer lugar, ninguna persona puede ser censurada o juzgada por expresar sus opiniones (aún no sean populares). En su ensayo Sobre la Libertad (1859), John Stuart Mill enarbola una defensa acérrima de la libertad de opinión y la tolerancia. Así, nos entrega las pautas para vivir en lo que hoy llamaríamos una democracia deliberativa, no sin antes advertir que constituye un equilibrio difícil de alcanzar. Penosamente, esas pautas son desconocidas en la sociedad boliviana (que prefiere mil veces la mentira endulzada a la verdad directa).

En segundo lugar, y ahora me expreso como licenciada en Turismo, por mucho que las opiniones de la cantante causen roñcha, debemos admitir que el sector turístico boliviano está lejos de ser competitivo, y he aquí algunos datos.

Desde mediados de la década del 2000, el Foro Económico Mundial, con el fin de medir el desempeño del sector, elabora el Índice de Competitividad de Viajes y Turismo. Este índice está formado por 4 subíndices y 90 indicadores individuales (cuya escala va del 1 al 7). Pues bien, según este indicador, Bolivia mantiene la calificación de 3.3. Dejando al país en el puesto 99 de entre 136 naciones evaluadas (una pésima ubicación).

¿Razones y culpables?

Varias. Por ejemplo, Bolivia apuesta por los recursos naturales y viajes de negocios, categorías en las que mundialmente está mejor ubicada. Pero, reprueba en infraestructura aeroportuaria, caminos, transporte vial y seguridad.

Y es en el último punto en el que Uyuni tiene varios malos antecedentes. Por citar un caso, en abril del 2006, El Cnl. Juan Carlos Alarcón, entonces director de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV), dio a conocer que el administrador de un hotel en Uyuni violó a dos extranjeras, una española y una argentina.

Finalmente, por normas internacionales de turismo es obligada la existencia del Libro de Recomendaciones, cuya tarea es evaluar las opiniones de los turistas sobre el tours, la visita a parques y museos o su percepción del lugar. Por obvias razones, no todas las opiniones son favorables. Pero ese es el objetivo de este mecanismo de evaluación. Al parecer, las autoridades municipales de Uyuni lo desconocen, pues están llorando por algo que debería motivarlos a mejorar. Es una pena que una maravilla natural y única en el mundo sea tan pésimamente gestionada, una razón más para separar el turismo del Estado.

//*SORAYA PEREDO LAZCANO ES LICENCIADA EN TURISMO Y DOCENTE UNIVERSITARIA//

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